conversaciones en los limoneros

“Los impuestos hacen muy difícil fabricar en Canarias”

Raquel Hammerhoj es secretaria de Organización de la Asociación de Jóvenes Empresarios
"Los canarios viven en una especie de cultura de la tristeza"

Lo primero que me viene a la cabeza cuando entrevisto a Raquel Hammerhoj (Arona,1989) es que estoy ante una mujer inteligente. Es secretaria de Organización de la Asociación de Jóvenes Empresarios y me da, por las noticias que tengo, que dentro de este órgano de emprendedores y de empresarios ya consolidados es una dama de hierro. Padre canario, madre danesa, estudió en la Universidad de La Laguna la carrera de graduado social con un máster en Prevención de Riesgos Laborales en las tres especialidades que se imparten. A pesar de su juventud, ha tenido tiempo para todo, incluso para coser el cuero de los bolsos que fabrica, “aunque ya no, ahora pago para que otras personas lo hagan”. Lo cierto es que de su fábrica salen más de 1.000 bolsos al año, que vende en su mayoría por Internet, con sus complementos correspondientes. También fundas para móviles y para ordenadores portátiles y unos originales zapatos, inspirados en los zuecos nórdicos, con un tacón redondo, que ella, por cierto, luce muy bien. Y unas alpargatas de diseño innovador que se están vendiendo, con éxito, mayoritariamente on line. Le pregunto por qué no se anima con la ropa y me dice que “la ropa es una cosa de locos y con este clima que tenemos aquí las prendas de temporada no existen; lo intenté pero no salió”. No habla demasiado bien de la universidad. ¿Por qué? Pues ya lo verán. Raquel demuestra una gran seguridad en sí misma y no deja de contestar ninguna pregunta, ni se anda con evasivas. Dice que trabajar en Canarias se convierte muchas veces en un infierno, por los impuestos que se pagan si se quiere exportar, y que el REF en muchas ocasiones no ayuda, sino que perjudica a los empresarios de las islas. Sobre todo a los que quieren colocar sus productos on line en mercados de fuera.


-¿Por qué dices eso de la universidad?
“Hablo en general y digo que la universidad te cierra la mente, cuando debería ocurrir todo lo contrario. Sales aprendiendo a aprobar, pero no te gradúas como una persona preparada para llevar una empresa. Quiero decir, en resumen, que falta práctica y que la teoría no resuelve el problema”.


-¿Eres una mujer dura en los negocios?
“No, yo creo que soy un encanto”.


-¿Dónde vendes más?
“Un 78% on line y el resto en La Laguna, zona centro. Mi público es, en un 98%, canario”.


-¿Y cuál es tu meta?
“Conquistar Dinamarca. Y de ahí, al mundo. Yo reconozco mi mentalidad danesa aunque sea española de nacionalidad y canaria de nacimiento. Y no se puede trabajar en un mercado donde se ha legislado un REF que no protege al fabricante canario, porque tampoco está hecho para la venta on line fuera de las islas. ¿Cómo voy a vender en la península si tengo que pagar en 28% de DUA, más el despacho de aduanas, más la paquetería? ¿Qué me queda a mí de beneficio y cómo pago a los empleados si ya he cotizado otros impuestos a la entrada de la materia prima? Por eso te digo que el REF no nos ayuda, sino que nos pone en pésimas condiciones a la hora de competir. Te diré que Portugal y Brasil, por ejemplo, venden en mejores condiciones en el mercado peninsular que un fabricante canario. Y esto es España, ¿no?”.


-Una de tus actividades es la organización del Dreamer Market, en La Laguna y al aire libre. ¿Qué significa este evento?
“Pues vender todo lo que se fabrica en Canarias. Se celebra, como tú dices al aire libre, en el Camino Largo lagunero, y este año lo abrimos desde el 6 al 9 de abril. Empecé en el 2020, en plena pandemia. Creí que iba a ser un desastre, pero ocurrió todo lo contrario, la gente se volcó. Nunca se había vendido tanto en un mercado de este tipo”.


-Fabricas artículos de piel, bolsos y zapatos. ¿Para qué público?
“Para un público medio/alto. Y utilizo el mismo material de Loewe, Tommy Hilfiger, Carolina Herrera, los mismos proveedores me refiero”.


-¿Dónde está la mejor piel?
“En España, por supuesto”.


-Me has dicho que eres más danesa que canaria, a pesar de la mezcla de sangre al 50%. ¿Por qué?
“Pues porque los canarios tienen la cultura de la tristeza. Yo sé que cuesta encontrar gente sensata de mi edad. El canario parece que siempre está enfermo, cae en eso de ser protagonista de su propia historia trágica y muchas veces no destaca en nada. Hay que salir de ahí”.


-Empresaria joven; y con esa energía contagiosa.
“Los jóvenes empresarios necesitan mujeres con carácter”.
(Procede de una familia con pocos posibles. Trabajó en seguridad privada y en seguros. Y ahora imparte conferencias en la Facultad de Económicas y en centros de formación profesional sobre sus experiencias en el mundo del negocio. Dice que compra la piel de sus productos en Lorca, en Ubrique y en Elche.


-¿Compaginas bien tu vida personal con tu vida empresarial? Y ya sé que es una pregunta recurrente.
“Mi marido es ejecutivo de una empresa importante, una naviera. Yo tengo 34 años y cuando cumplí los 30 empecé a plantearme eso de tener niños, el matrimonio. Mi madre decidió parar de trabajar para ser madre. Yo no. Incluso hay quien nos quiere echar a pelear a mi marido y a mí por eso de quien gana más. No, no lo consiguen, por ahora”.


-¿Tu fábrica recibe alguna ayuda, algún incentivo?
“Cero, aunque, no, miento, La Laguna me dio el bono consumo al principio, creo que eran 394,52 euros. Eso fue todo”.


-Empezaste desde abajo, cosiendo tú los bolsos que fabricabas.
“Sí, ahora tengo quienes hacen ese trabajo y, la verdad, hemos tenido éxito y pago mis facturas. La empresa comenzó a ganar dinero a los tres años de iniciar su actividad, si no recuerdo mal”.


-¿Tienes algún secreto de tu éxito que quieras revelar?
“Pues no dejar que te dominen las emociones en la actividad empresarial. Y eso suele ocurrir si no hay gestión emocional. Tienes que mantener continuamente el control de lo que haces”.


-¿Has lucido tu marca en las pasarelas?
“Sí, pero las pasarelas no sirven para nada”.


-¿Y eso?
“He asistido a todas las que existen en este país y, tras ellas, mi vida no ha cambiado para nada y mi negocio tampoco”.


-Tu especialidad es el diseño. ¿Dónde te inspiras?
“Yo pienso mis diseños en la ducha. Te lo digo de verdad. Tengo una visión empresarial de la creatividad; soy creativa por naturaleza. Y he montado, con una amiga, una agencia de comunicación que va muy bien, a pesar de que lleva poco tiempo”.


-¿Cuál es tu marca favorita de moda?
“Sin duda, Loewe”.


-¿Te consideras inteligente?
“Sí, y además no me gustan las personas que no lo son”.


-Eso suena muy duro.
“Los sentimientos de los demás no son mi responsabilidad. Si yo voy de frente y tú te das la vuelta, no te sigo. Si me miras a los ojos te invito a un café”.


-¿Has pedido ayuda cuando las cosas no iban bien?
“No, yo no pido ni espero ayudas, sino que pago sueldos, que sale mucho más barato. Si pagas sueldos y abonas tus facturas y aciertas con lo que haces, todo irá bien. Por eso me di cuenta de que la ropa no iba a funcionar, pero una empresa pequeña, canaria, fabrica hoy más de 1.000 bolsos al año y entre 500 y 600 pares de zapatos con diseños originales. Y te repito que algunos fabricantes de Loewe y de Carolina Herrera también trabajan para mí. Y también de Fendi y de Tommy. Viajé a Alicante y caí de pie”.


-Y sin ángel de la guarda.
“No, eso no es cierto. En los comienzos me ayudó una persona extraordinaria que se llama precisamente Ángel. Es proveedor oficial de Loewe. Fui a comprarle unos muestrarios. Cuando vio mi entusiasmo, me acompañó a visitar a los que no querían venderme, porque yo no podía comprar la cantidad suficiente para que me hicieran caso. Él tiene la convicción de que todos los clientes son importantes. Me introdujo en el mundo de los mayoristas y hoy me venden todos ellos, los principales”.


-Por cierto, eres la secretaria de Organización de una asociación de jóvenes empresarios. Casi me había olvidado.
“Sí, y le dedico tiempo. Por ahora somos 146 afiliados, pero necesitamos muchos más. Es verdad que la unión nos hará mucho más fuertes”.


-Además de bolsos y zapatos hemos dicho que fabricas otros artículos, con éxito.
“Sí, fundas para móviles y para ordenadores portátiles y podemos incorporar las iniciales del cliente en ellos. También fundas para Ipad y hasta llaveros. Muchas cosas relacionadas con la piel”.


-Has dicho que Loewe es tu referencia. ¿Y también tu inspiración?
“Sí, también”.


-Además de lo que has dicho, lo de la tristeza del canario, ¿por qué te consideras más danesa que española?
“Bueno, puedes decir que soy una danesa que habla chicharrero”.


(Sus bolsos cuestan al público menos de 200 euros. Eso quiere decir que todo lo que fabrica Raquel Hammerhoj se dirige a un público de clase media/alta. Lo mismo los zapatos. Se sigue quejando de los impuestos: “Porque cuando la materia prima entra en Canarias pago el 7%, más el despacho, más la paquetería. Vivir en Canarias es vivir lejos de todo y en vez de leyes para compensar esa lejanía se promulgan normas que gravan esa lejanía; y así es poco probable poder sobrevivir”. Esta mujer que diseña en la ducha vino a Los Limoneros, almorzó, fue hablando y yo tomando notas y luego se marchó en su furgoneta porque tenía un montón de cosas que hacer).


-Más danesa que canaria, lo pregunto por insistir. ¿Por qué?
“Necesito las dos cosas. Es verdad que me siento más identificada con el país de mi madre, pero tengo bastante de latina. Y mi reto fue conseguir que aquí se pronunciara bien mi apellido, que da nombre a mi empresa. Lo logré finalmente. Quizá debería decirte que no soy ni suficientemente canaria, ni tampoco suficientemente danesa”.


-¿Cuánto valen unas alpargatas de Hammerhoj?
“90 euros”.


-¿Y unos zuecos, bueno, un par de zapatos?
“139 euros”.


-¿Suficiente margen de beneficio?
“En algunos productos, sí; en otros mucho menos”.


(Ya dije que Raquel no se calla nada. O al menos no lo hizo conmigo. No tuvo reparos en hablar de su familia, ni de su vida personal, ni de un viaje a Zamora, donde durmió con su marido sobre un viejo colchón familiar (de él) que se cerraba como un sobre. Es simpática, espontanea, responsable y, ya les dije, una mujer inteligente que por trabajar lo hizo hasta en una tienda de deportes. Una currante que merece el éxito que está teniendo. Un descubrimiento).

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