Por Raquel Díaz.| Es normal que el cuerpo cambie con el paso del tiempo. Entre los 35 y los 40, hay una barrera que lejos de ser un cliché, existe. La traspasas o te das contra ella, notando todo tipo de cambios como cansancio, no aguantar igual el alcohol o trasnochar, pero, sobre todo, en lo que más se nota es en la talla de pantalón.
Adelgazar cada vez cuesta más. La diferencia de los 20 a los 30 se nota mucho, pero cuando empiezas a tocar los 40, a partir de los 35, bajar unos kilos se convierte en toda una odisea cuando, seguramente, años atrás, con unas semanas de actividad física y de comer bien, la báscula recompensaba. La buena noticia es que los hábitos de vida saludable, aunque más a largo plazo, siguen teniendo un efecto beneficioso en el organismo y se nota en el peso. Aunque hoy vamos a desvelar uno en concreto, muy sencillo, que es clave.
Antes de entrar en materia, en cuanto a que el metabolismo se ralentiza con la edad, la comunidad no termina de ponerse del todo de acuerdo. Según expertos en nutrición, como señala un documento del Departamento de Agricultura y Consumo de Carolina del Norte, EEUU, en la medida que el cuerpo envejece, el metabolismo se ralentiza, debido a que después de los 20 años se pierde un 2% de masa muscular en cada década.
Sin embargo, en 2021 viene Science y pone todo patas arriba, publicando un estudio que cuestiona la correlación entre envejecimiento y ralentización del metabolismo. Concluyendo así que el metabolismo no se ralentiza, al menos hasta los 60 años de edad. Sea como fuere, las evidencias científicas sí coinciden en señalar a un elemento como acelerador innato del metabolismo, el agua.
El agua es un elemento esencial para la vida. También es un componente clave del cuerpo humano, y cumple una variedad de funciones importantes en el organismo, incluyendo la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de desechos y la absorción de nutrientes. Beber agua regularmente puede ayudar a acelerar el metabolismo, especialmente a medida que se cumplen años.
Qué es el metabolismo
En primer lugar, es importante comprender qué es el metabolismo y cómo funciona. El metabolismo es el proceso mediante el cual nuestro cuerpo convierte los alimentos en energía. Este proceso es esencial para mantener todas las funciones corporales y se divide en dos partes: catabolismo y anabolismo. El catabolismo es el proceso de descomponer las moléculas grandes en moléculas más pequeñas, mientras que el anabolismo consiste en la construcción de moléculas más grandes a partir de moléculas más pequeñas.
Este proceso está regulado por una variedad de factores tales como la edad, el género, la masa corporal y la actividad física. También está influenciado por la ingesta de alimentos y la hidratación. De hecho, la hidratación adecuada es esencial para mantener un metabolismo saludable y eficiente.
Factores como la disminución de la masa muscular y de la actividad física pueden alterar el metabolismo. Además, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo tiende a deshidratarse más fácilmente debido a una disminución en la cantidad de agua que puede retener. Esta condición puede tener un impacto negativo en el metabolismo, ya que una hidratación adecuada es esencial para mantener un metabolismo saludable y eficiente.
“Lo que dice la ciencia en concreto y según distintos estudios, es que beber agua eleva la actividad del sistema simpático del organismo, lo que se traduce en un mayor gasto metabólico diario, permitiendo así sostener un gasto energético adecuado para mantenerse en el normopeso”, explica Concepción Martínez, dietista-nutricionista, referenciando un estudio realizado por científicos turcos. De igual modo, beber agua en ayunas antes de hacer una de las comidas del día, distiende el estómago, contribuyendo a reducir la ingesta de alimentos, según revela otro análisis.
Beber suficiente agua también puede ayudar a acelerar el metabolismo al mantener el cuerpo hidratado. Cuando el organismo cuenta con los niveles adecuados de agua, puede realizar sus funciones esenciales de manera más eficiente, lo que aumenta la tasa metabólica. De igual modo y según indica Martínez, beber agua reduce el apetito, por lo que se ingieren menos alimentos y se reduce la ingesta calórica, lo que también puede contribuir a un metabolismo más eficiente.
De igual modo, hay otras formas de mantener un metabolismo saludable a partir de los 35 años. Por ejemplo, la actividad física regular. El ejercicio puede aumentar la masa muscular y reducir la grasa corporal, lo que puede aumentar la tasa metabólica. Además, la actividad física puede mejorar la capacidad del cuerpo para utilizar la energía de los alimentos de manera eficiente, lo que también puede aumentar la tasa metabólica.
Otra forma de mantener un metabolismo saludable es a través de una dieta equilibrada y saludable. Por ejemplo, el consumo de alimentos ricos en proteínas puede aumentar la tasa metabólica porque el cuerpo utiliza más energía para digerir y procesar las proteínas, que otros nutrientes.