A Marián Franquet, consejera de Acción Social del Cabildo de Tenerife y máxima responsable del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), le ha tocado gestionar un mandato muy difícil, marcado por la pandemia y sus consecuencias, en el que, de la noche a la mañana, hubo que actuar rápidamente para evitar la mayor cantidad de muertes posibles sobre todo en las residencias de mayores y personas con discapacidad. Franquet cree que la gestión en estos cuatro años ha sido buena, pone en valor al equipo de profesionales que saca adelante un día a día muy complejo en la atención social y siente que le quedan muchos retos por delante. La puesta en marcha de un nuevo modelo de atención a las personas mayores ha sido, dice, un tránsito muy difícil, “con mucho viento en contra y mucho ruido”, pero cuyos resultados ya llegan a sus destinatarios, en buena parte, gracias al programa Conecta Mayores.
-Estos cuatro años han sido bien complejos, ¿cómo los valora?
“Yo creo que la pandemia puso en valor lo que significa una administración pública para el sustento del tejido social de la Isla. Y nos puso a prueba a muchísimas personas que entramos a gestionar áreas con unas condiciones que cambiaron radicalmente en un momento. No teníamos referentes de cómo hacer las cosas. Pero nos sobrepusimos. Canarias en su conjunto. En esta isla no faltaron nunca mascarillas en los centros sociosanitarios. Ni guantes. Teníamos nuestros almacenes llenos y pudimos ser solidarios y dar EPIs a entidades y asociaciones que no tenían, reforzamos a las entidades para que pudieran atender a las personas en sus casas, que era donde lo estaban pasando peor. Yo tengo la sensación de haberlo dado todo. A raíz de esta pandemia y de lo que aprendimos de ella surgió el programa Conecta Mayores, un nuevo modelo de atención diseñado por y para las personas mayores”.
-Cuénteme qué es el programa ‘Conecta Mayores’.
“Es un programa que parte de una base muy clara: escuchar a las personas mayores, conocer su realidad y, a partir de ahí, empoderarlas para que decidan qué quieren hacer, cómo quieren hacerlo y cuándo. Empezamos encargando a la Universidad de La Laguna un estudio que nos dijo cuánta población mayor hay en la Isla, dónde reside y cuáles son los perfiles. Esto nos ha permitido diseñar un programa que comprende toda una red de servicios y de atención a una población diversa, que demanda que se le tome en cuenta, que quiere decidir cómo vivir esta etapa de su vida. Y con ese mandato que nos han hecho las personas mayores, desde el Cabildo les proponemos rutas guiadas para conocer la isla porque es lo que nos han solicitado; un programa de turismo social que este año llevará a más de mil personas a conocer Cantabria, pues es el lugar a donde querían ir; una Oficina de las Personas Mayores, en el centro de La Laguna, para atender sus requerimientos, que era una demanda histórica del colectivo; programas de capacitación en todo este mundo de la tecnología para aprender a utilizar las redes sociales y a mandar un wasap a sus nietos; actividades de ocio, salud y tiempo libre que ya hemos hecho con todos los municipios, con más de 10.000 mayores… Conecta Mayores tiene el claro objetivo de tejer una red insular para que todas las personas puedan ser parte activa de la sociedad en la que viven”.
-La oposición, especialmente CC, le echa en cara que haya desaparecido Ansina, el programa para mayores que ellos impulsaron y que ustedes sustituyeron por el ‘Conecta Mayores’…
“CC miente. En política es normal que te critiquen, aunque también es cierto que hay límites que nunca se deberían traspasar. Ansina era un programa válido para un determinado grupo de personas a las que les gustaba un cierto tipo de actividades. Y eso estaba bien. Lo que pasa es que llegó la COVID. El contrato con Ansina concluía administrativamente en plena pandemia y había que decidir si se renovaba o no. Y nosotros queríamos hacer un programa más ambicioso, no queríamos quedarnos solo en los talleres de manualidades y ese tipo de cuestiones, que son estupendas, pero que no sirven para cubrir las inquietudes de otras muchas personas mayores que quieren hacer otras cosas, como visitar un museo, hacer rutas o practicar algún tipo de deporte. Así que nos pareció más conveniente no renovarlo, pues costaba millones de euros, e ir preparando, en su lugar, lo que luego sería el actual programa Conecta Mayores”.
-Pues Coalición Canaria asegura que usted dejó tiradas a las personas mayores en lo peor de la pandemia…
“Sí, yo llevo tiempo escuchando ese argumento. Y vuelvo a decir que están mintiendo. Lo que hicimos desde el PSOE durante la pandemia fue trabajar con las personas que lo estaban pasando peor. En primer lugar, con las personas que estaban en las residencias de mayores y las que estaban en su casa pasándolo muy mal. Tenerife fue de los territorios de España que mejor gestionó la situación. Además, los clubes estaban cerrados. De hecho, estuvieron así hasta el final de la pandemia. Hasta el viernes pasado, la OMS no levantó el estado de emergencia sanitaria. En las penúltimas navidades, seguíamos con restricciones de aforo en las celebraciones familiares. Pero Coalición Canaria dice que teníamos que hacer actividades. ¿Para qué? ¿Para poner en riesgo a los mayores? A este Cabildo, lo único que le pueden reprochar es que ha sido muy cauteloso. Que hemos ido paso a paso, en función de la situación pandémica, protegiendo a las personas más vulnerables. Y cuando hemos visto la oportunidad, hemos reiniciado las actividades”.
-¿Cómo es la relación con las asociaciones de mayores?
“Es permanente. En 2022 concedimos un millón de euros a los ayuntamientos de la Isla para impulsar, en coordinación con los clubes de mayores, actividades de ocio y tiempo libre. Fue una buena iniciativa que no llegó en ocasiones a todas las personas que podían haber participado, así que este año hemos destinado directamente esta misma subvención, por importe de un millón de euros, a los clubes y asociaciones de mayores, para que sean ellos quienes decidan qué actividades quieren hacer. Cuando llegué al área de Acción Social, lo primero que me dijo el presidente Pedro Martín es que había que escuchar a los mayores, ver qué necesitan. Una cosa es hablarles con cariño y otra infantilizarlos. Todo lo que hacemos está bien medido y trabajado. Creemos que la política de mayores merece mucha reflexión”.
-¿Y antes no se había hecho una reflexión sobre la política de mayores?
“No lo creo. Ni siquiera sabíamos cuál era el número de mayores que teníamos en la Isla o dónde estaban. Ni cuáles eran los municipios más envejecidos. No se habían molestado en hacer este trabajo. Este Cabildo, por el contrario, ha colaborado en la creación de la Cátedra de Mayores de la ULL. Porque también tenemos que hacer una proyección de futuro, saber cómo va a evolucionar la población en los próximos años para ir tomando medidas. También hemos impulsado un Plan de Participación del Mayor. La situación ha cambiado mucho. Mi abuela, que murió con 62 años, era una señora mayor. Mi madre, que va a cumplir ahora 77 años, es una persona intelectualmente joven y activa. La política tiene que responder a este cambio de realidad. Pero hay que analizar y reflexionar previamente. Y eso es lo que estamos impulsando desde el Cabildo. En los próximos meses y dentro del Plan participativo de Mayores, vamos a celebrar más de 130 talleres en todos los municipios de la Isla para dar voz a los mayores de 65 e impulsar acciones y actividades que den respuesta a las propuestas y demandas que plantean”.
-Uno de los desafíos de ese envejecimiento que relata es cómo cuidar a las personas mayores que están en situación de dependencia. Las necesidades son muchas y los recursos siempre son insuficientes…
“Tenemos que hablar de distintos tipos de plazas. Están las residenciales, que son las de aquellas personas que no pueden permanecer en su hogar y necesitan una residencia o un centro de día. Y hemos creado 610 plazas de este tipo durante el mandato, 436 residenciales y 174 de atención diurna. Pero también hay otro tipo de servicios, pues hay mayores o personas dependientes que no se quieren ir de su casa. Por eso hemos puesto en marcha algo tan sencillo como la teleasistencia. En total son 2.070 plazas. Hay 1.000 personas ahora en Tenerife que se sienten seguras en su casa, con una pulsera o un collar para que, si les pasa cualquier cosa, puedan ser atendidas de forma rápida. Acabamos de poner en marcha el servicio de ayuda a domicilio especializada, con 240 personas beneficiarias que reciben los servicios de fisioterapuetas, logopedas, trabajadores sociales, distintos profesionales que van a ir casa a atenderlas. Para que puedan recibir la atención y cuidados profesionales que necesitan sin tener que abandonar su entorno y el amor que les dan los suyos”.
-¿En qué situación se encuentra la construcción de plazas residenciales?
“Durante este mandato hemos puesto en marcha un programa de infraestructura sociosanitario que era bastante caótico cuando llegamos. En 2019, es decir, dos años después de aprobarse el Plan de Infraestructura, no existía ni siquiera una planificación y organización para poder ejecutarlo, lo que nos obligó a partir de cero en muchos casos, dedicando muchas horas a resolver múltiples incidencias de carácter urbanístico y administrativo. La ampliación del centro de Santa Úrsula, el nuevo centro de La Victoria, la reactivación de las obras del centro de centro de Guía de Isora o del Camp La Cuesta son algunas de las novedades de este año. En total, hay hasta 12 centros sociosanitarios que o bien están ya en obras o se licitarán a lo largo de este año”.
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