Una de las diez mujeres rescatadas en la noche del pasado jueves por Salvamento Marítimo de una lancha neumática al sur de Gran Canaria fue hospitalizada ayer con una herida de arma de fuego que no detectaron los sanitarios en el muelle de Arguineguín; de hecho, pasó dicha noche bajo detención policial.
Según informó a Efe una fuente implicada en la asistencia a pie de puerto, el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Barranco Seco (Las Palmas de Gran Canaria) reclamó a las diez de la mañana de ayer la asistencia del Servicio de Urgencias Canario para trasladar a un centro sanitario a dos ocupantes de la neumática que se quejaban de intensos dolores. En un caso, se trataba de una persona con un dolor abdominal y, en el otro, de una mujer con un impacto “de arma de fuego”, que fue evacuada al Hospital Insular de Gran Canaria en ambulancia poco después de las 10.30 horas.
Al llegar al puerto de Arguineguín con la Salvamar Macondo (23.30 horas del jueves), varios de los ocupantes de la neumática relataron que habían salido el pasado martes desde la costa de Cabo Bojador (Sahara Occidental) en condiciones tan dantescas como que lo hicieron mientras disparaban contra ellos desde tierra cuando trataban de embarcar en la zódiac.
Como resultado, detallaron, dos de los ocupantes de la lancha sufrieron heridas de arma de fuego, de tal modo que, a consecuencia de las mismas, finalmente murieron durante los dos días de travesía, arrojándose sus cuerpos al mar.
La Salvamar Macondo llegó a Gran Canaria con los 43 rescatados casi a medianoche. En el muelle de Arguineguín, se prestó a estas personas la asistencia habitual por parte de médicos de la sanidad pública canaria y de la Cruz Roja, y se derivó a tres personas a hospitales.
Aunque en el mismo muelle había un joven que decía haber sufrido impactos de perdigones, ninguno de los trasladados al hospital desde Arguineguín lo fue por herida de arma de fuego, sino por otras dolencias y por protocolos de protección a las gestantes (había una embarazada), según figura en los partes de intervención del 1-1-2.
Pero la realidad era bien distinta, como se comprobó a la mañana siguiente en el CATE, centro donde los llegados en patera a Canarias pasan el periodo de detención policial (máximo 72 horas).
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