No hace falta repetir que Elfidio Alonso Quintero es uno de los periodistas a los que más admiro. Lo ha sido todo en esta profesión, pero también en la música, con casi 200 composiciones registradas en la Sociedad General de Autores. Toca el timple y la guitarra –regular-, pero compone de maravilla y su hija le pasa sus notas a las partituras de verdad. Hizo Derecho por si le fallaba el Periodismo, estudios estos últimos que siguió en la Escuela Oficial de entonces. Pero el Periodismo no le falló: redactor-jefe de El Día y secciones periodísticas que van desde el baloncesto a la política internacional. Nadie en su sano juicio, entonces, en el franquismo, estaba suscrito a L´Expres. Elfidio, sí. Hacía bien todo lo que se proponía hacer bien. La columna diaria también se le daba de maravilla. Y, además, le gustaba trabajar. Fue alcalde de La Laguna, su ciudad, durante doce años, si no he hecho mal los cálculos. Y un referente del nacionalismo. Del 8 al 10 de junio próximo le van a dedicar tres días de homenaje en el Teatro Leal, en sesiones con conciertos de Los Sabandeños incluidos y algunas sorpresas. Creo que ya no quedan entradas aunque ustedes deben seguir intentándolo. Fundador de Los Sabandeños, como es archisabido, ha creado su fundación en una casa preciosa en el centro de La Laguna. Ahí ensaya el grupo y expone sus trofeos, además de haber juntado las bibliotecas de María Rosa Alonso y de su sobrino, Elfidio Alonso Quintero. La de su padre, que fue director del ABC republicano, médico y periodista, se quedó en Irún, porque un analfabeto funcional que ejerció como consejero de Cultura del Gobierno de Canarias no la quiso traer. Hubieran estado juntos los tres fondos. Elfidio llega a Los Limoneros con Magda Palazón, su esposa, su apoyo y su todo. Tienen tres hijos, varios nietos y me parece que algún biznieto. El 11 de agosto cumplirá 88 años.
-Y parece que fue ayer, amigo, cuando sonaban los primeros acordes del Festival Sabandeño en la Plaza del Cristo.
“Se celebra desde hace 48 años y la primera vez trajimos al quinteto Santa Fé”.
-¿Cuántos miembros componen el grupo, hoy?
“Somos 35, pero en la historia han pasado por Los Sabandeños más de 200 personas”.
-Y siguen tan campantes.
“Nuestra próxima actuación multitudinaria será en Madrid, en el Wizink Center, en el homenaje a María Dolores Pradera. Interpretaremos, claro está, La flor de la canela”.
-¿Qué fue ella para ustedes?
“Pues mira, además de una amiga, una mujer fantástica y una artista extraordinaria”.
-En la sede de Los Sabandeños se cuelgan las carátulas de los vinilos editados, ¿cuántos son?
“Faltan 16. Hay 100 colgadas. Es decir, más que Raphael, más que Julio Iglesias. Creo que tenemos el récord Guinness de vinilos editados”.
-Y eso que no se cuentan las ediciones piratas.
“No, esas no, claro”.
-Elfidio, como sabes conocí a tu padre y compartimos con él momentos muy bonitos.
“Yo realmente conocí a mi padre a los 14 años. Él se había marchado de casa, pero a esa edad mi madre quiso verlo de nuevo para que me conociera. Tuvimos un par de paréntesis, pero el final lo compensó todo. Era un hombre extraordinario y estuvo conmigo y con Magda hasta el final, igual que mi tía María Rosa. Discutían mucho entre ellos pero se querían”.
-¿Es verdad que los Luca de Tena elogiaron su valentía, su comportamiento en los últimos días republicanos del ‘ABC’?
“Mi padre ejerció un año y pico como director de ABC. Cuando los empleados de izquierdas que habían colocado allí quisieron quemar las instalaciones, para que no cayeran en poder de los vencedores de la guerra civil, mi padre, pistola en mano, lo impidió. Y obligó a sacar a la calle hasta el último ejemplar del ABC de esa etapa. Al margen de las ideologías estaba su amor por el periodismo y por su periódico”.
-Vuelvo a Los Sabandeños. ¿Quiénes han colaborado con el grupo? Porque son legión de famosos.
“Sí, imposible acordarme de todo el mundo. Pero vamos a citar a unos cuantos. Eduardo Falú, María Dolores Pradera, Mercedes Sosa, Carlos Cano, Armando Manzanero, Soledad Jiménez, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y hasta Jorge Valdano, recitando aquellas letras. Han sido tantos años y han ocurrido tantas historias que me tendría que poner a pensar mucho tiempo para recomponerlas”.
-¿Y no te apetece escribir tus memorias?
“Yo no sé, creo que no. En realidad, están escritas, habría que juntarlo todo”.
-Has compuesto lo mejorcito de nuestro folklore, vamos a llamarlo moderno.
“Bueno, algunas cosas, sí. Las sintonías de Tenderete y de Parranda Canaria, el Himno de la Lucha Canaria, adoptado por las dos Federaciones regionales, y muchas cosas más de las que me siento muy satisfecho, porque han sido años de dedicación y de investigación”.
-Ustedes innovaron un folklore que estaba muerto.
“Hemos hecho mucho por el folklore y eso no es mérito exclusivamente mío, sino de tantos que colaboraron en ello desde dentro de Los Sabandeños”.
-Es curioso, naciste en la calle Carrera y has vuelto a ella.
“Yo nací en la casa donde tuvo su estudio fotográfico Zenón y ahora vivo enfrente, es verdad. Vendimos nuestra vieja casa porque era demasiado grande. Ahora estoy en el centro de la ciudad, es mucho más cómodo”.
-Elfidio, de la vieja guardia, ¿a quién recuerdas de los compañeros periodistas muertos?
“Hombre, a muchos, pero no me puedo olvidar de Alfonso García-Ramos ni de Ernesto Salcedo. A Ernesto, que se dormía cada noche en la mesa de su despacho, lo llevaba yo todos los días a su casa a las tres de la madrugada, cuando cerrábamos el periódico El Día”.
-Ni un bar abierto, ¿no?
“No, ninguno, sólo los cabarets. Había uno en La Salle. Yo charlaba mucho con aquellas chicas, que a veces contaban cosas desgarradoras. Muchas veces publiqué sus historias”.
-Has citado a Alfonso y a Ernesto. Enormes periodistas.
“Alfonso tenía una imaginación portentosa y fue un gran novelista. Ernesto tenía un sentido periodístico impresionante. En 1968, Alfonso, como presidente del Ateneo, invitó a Los Sabandeños”.
-¿Por qué tu tía María Rosa no fue académica de la RAE?
“Pues no lo sé, pero lo merecía. Yo estoy muy contento con el nombramiento como académica de la profesora tinerfeña Dolores Corbella, que citó a mi tía en su discurso de ingreso, que fue contestado por el filólogo Pedro Álvarez de Miranda”.
-Algunos periodistas, como Nijota, han aportado letras a nuestro folklore, letras inolvidables.
“Por supuesto, ahí tienes la del Intermediario, que marcó toda una época y suscitó no pocos cabreos entre los que se sintieron aludidos. Nosotros le pusimos la música”.
-Tu época de deportista. Fuiste jugador de élite en el baloncesto.
“Llámalo como quieras. Pero sí te voy a contar una curiosidad. Yo entrené con el Real Madrid, cuando estudiaba en Madrid, y me traje a Tenerife la técnica del tiro en suspensión. Aquí no se conocía. En España, el primero que lo practicó fue Trujillano”.
-¿Cómo entraste en la órbita del Real Madrid?
“Porque era amigo de Ignacio Pinedo, que era jugador y directivo del equipo. Cuando llegué a Madrid lo llamé y me dijo que podía entrenar con ellos en Fiesta Alegre. Y allí fui y logré una técnica bastante buena para la época”.
-¿Y en Tenerife?
“Pues con el Hernán Imperio estuvimos a punto de ascender a Primera División. Lo conseguimos con el Náutico; Alejandro Plasencia, que fue uno de los baloncestistas más destacados del Náutico, también estaba allí. Jugamos juntos”.
-O sea, que eres madridista, supongo.
“Sí, soy madridista y también valencianista, si nos referimos al fútbol, por razones sentimentales”.
-Parece que los canarios estamos dotados para el baloncesto. No, no lo digo por mí, que jugué poco y mal en el Ucanca portuense.
“Hombre, tenemos que estar orgullosos de figuras que han nacido de aquí y han conquistado Europa, como el Chacho y Carmelo Cabrera, por ponerte dos ejemplos”.
-Volvamos a tu padre. Es que fue un personaje que me apasiona.
“Él, como te dije, nos dejó a mi madre y a mí, yo con ocho meses. Ya te conté también que cuando cumplí 14 años mi madre creyó que era necesario que lo conociera y concertó una cita en Francia. Lo vimos y lo primero que hice fue darle un gran abrazo. Fíjate que mi padre no podía venir a España. Estuvo condenado a muerte hasta 1975; hasta que Franco se murió. Más tarde, por segunda vez, me reuní con él en el hotel Palace, cuando pudo venir a Madrid. Recuerdo que me acompañó el académico Julián Marías, que había sido redactor de ABC con mi padre. A partir de ahí la relación fue más cercana hasta que se hizo muy estrecha”.
(Su padre vivió en México y en Francia. Era médico, pero nunca ejerció la Medicina porque su pasión era el Periodismo. Le encomendaron la dirección de ABC en los últimos meses de la República. Ejerció la dirección del rotativo más importante de España, monárquico de fundación, hasta que tuvo que huir apresuradamente de Madrid. Ya he dicho que defendió, pistola en mano, el ABC republicano hasta que se lanzó a la calle el último ejemplar. Lo libró de actos de vandalismo por parte de los trabajadores afectos a la República. Conocí y traté a don Elfidio mucho tiempo, hasta su muerte. Todavía recuerdo una comida en El Alto de Miracruz, en San Sebastián, en el restaurante Arzak, invitados por el empresario Pedro Duque. Los comensales de honor fueron los dos Elfidios, padre e hijo. Una curiosidad: Elfidio Alonso Quintero, mi entrevistado y amigo, ejerció como fiscal en La Laguna durante una época. Yo creo que a esto se limitó su incursión en el Derecho, aunque se licenció en esta disciplina como ya he dicho al principio).
-Tu tía María Rosa me citó en algunos artículos. Yo la admiraba mucho.
“Era una mujer extraordinaria y escribió cosas realmente magistrales”.
-Como un artículo dedicado a la ñamera de la Plaza del Charco.
“Sí, lo recuerdo. ¡Es que le encantaban las ñameras!”.
-Elfidio, cuéntame algo de ese homenaje próximo en el Leal.
“No me han querido decir mucho, la verdad. Sólo sé que se ha producido una gran demanda de entradas y que puede haber alguna sorpresa. Naturalmente, nosotros actuaremos los tres días”.
-Por cierto, cuando hablamos de tu padre no mencionamos su estancia en la República Dominicana.
“Fue curiosa. Porque él le creó un periódico al famoso dictador Rafael Leónidas Trujillo, el protagonista de La fiesta del chivo, la novela de Vargas Llosa. Mi padre también vivió exiliado en la República Dominicana. Llegó a tener una cierta relación con el dictador y codirigió aquel periódico que él había creado. El rotativo tuvo mucho éxito y muchos lectores”.
-Elfidio, Los Sabandeños han actuado en 31 países, en escenarios que van desde el Teresa Carreño de Caracas al Carlos Marx de La Habana, al Colón de Buenos Aires. ¿Cuál fue el concierto de mayor éxito?
“Todos, pero no te vayas tan lejos. En Pamplona reunimos 35.000 personas; y en Salamanca también”.
(Fue cronista de cine, con reseñas magistrales. Entraba gratis a las salas con un pase que le consiguió Carlos Pérez-Llombet, que era inspector de Turismo. Fue el mejor cronista de política internacional. Fue deportista de elite en su tiempo. Fue fiscal municipal. Fue periodista y maestro de periodistas. Y sigue siendo un amigo entrañable para mí. Lástima que no quepa aquí nada más de su vida).