Cardiólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC) han demostrado los beneficios de un medicamento, el Levosimendan, para reducir el tamaño de un infarto de miocardio.
Lo han hecho a través de un ensayo clínico que ha sido reconocido con el premio a la Mejor comunicación de estudios científicos en patología coronaria en el XXXIV Congreso de la Asociación de Cardiología Intervencionista celebrado recientemente en Santander.
La principal conclusión de este estudio, dirigido por los doctores Francisco Bosa y Corabel Méndez, es que los pacientes que recibían Levosimendan tras la angioplastia primaria tenían una mayor reducción del tamaño del infarto a los seis meses.
En un comunicado, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias explica que los pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio generalmente son tratados rápidamente mediante angioplastia primaria, cuyo objetivo es restablecer lo antes posible el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
Sin embargo, se ha visto que aunque se restablezca el flujo a la arteria culpable del infarto lo antes posible, muchos pacientes presentan una cicatriz (tamaño del infarto) importante en el músculo cardíaco, lo cual supone un problema en el futuro para la evolución de su enfermedad como son los reingresos, la insuficiencia cardíaca o las arritmias.
A lo largo de los años, indica la nota de Sanidad, se han evaluado múltiples estrategias farmacológicas y mecánicas para disminuir el tamaño del infarto, con “resultados desalentadores”.
Debido a este problema y viendo los efectos beneficiosos del fármaco Levosimendan en los pacientes cuando era utilizado por otras indicaciones, cardiólogos del HUC se plantearon que este fármaco podría tener un efecto beneficioso para evitar el daño inducido por la isquemia (tiempo que no llega sangre al músculo cardíaco) y por la reperfusión (restablecimiento del flujo sanguíneo).
Razón por la que el servicio de Cardiología del HUC puso en marcha el estudio ‘Levocest’ en noviembre de 2018 y lo concluyó en octubre de 2022.
Se trata de un ensayo clínico aleatorizado cuyo objetivo es evaluar la eficacia y seguridad del Levosimendan endovenoso en las primeras 24 horas tras la angioplastia primaria en pacientes con infarto agudo de miocardio.
Se reclutaron un total de 187 pacientes, después de la angioplastia primaria, y fueron aleatorizados para recibir una infusión de Levosimendan durante 24 horas o placebo.
Tras analizar todos los resultados, se objetivó que los pacientes que recibían este fármaco tenían una mayor reducción del tamaño del infarto a los 6 meses en comparación con los que recibieron el placebo.
Francisco Bosa y Corabel Méndez admiten que probablemente hagan falta más estudios en una población más amplia para dar una mayor robustez a su conclusión, que, de ratificarse, tendría “un impacto de gran importancia en la enfermedad tal y como la conocemos y efectos beneficiosos en la población y en nuestro sistema de salud”.