Otro restaurante de Tenerife ha vuelto a sufrir las estrategias de una pareja peninsular para comer “a lo grande” y marcharse sin pagar. En esta ocasión, el simpa le ha tocado al Mesón de Antonio, en San Isidro, Granadilla de Abona.
Según cuenta Antonio, el dueño del establecimiento, a DIARIO DE AVISOS, el pasado 23 julio, un hombre alto y delgado, con acento peninsular, y una mujer rubia, acompañada de una niña de unos cuatro años, fueron atendidos en el local a la hora del almuerzo.
Croquetas, chuletón de res, pechuga empanada, gambas al ajillo, pescado… La pareja pidió una gran cantidad de comida, “teniendo en cuenta que sólo era para dos y una niña pequeña”, puntualiza Antonio. Además, pidieron varias copas, dejando una cuenta de 141,90 euros. “Comieron de lo lindo, se dieron un festín”.
La sorpresa viene cuando, tras pedir la segunda copa para ambos, el camarero que les llevaba la comanda, no los encuentra en su mesa. “Aprovecharon para irse sin pagar la cuenta”, narra Antonio, que asegura que “tenían ya el coche enfilado para salir con la señora y la niña dentro cuando pidieron las bebidas”.
La pareja estaba sentada en la terraza del restaurante, junto a la puerta de salida, de manera estratégica para llevar a cabo su plan. Antonio cuenta que advirtió a los camareros de que los individuos “se la iban a liar”. Y así fue. “Se ve que se dedican a eso. Ahora seguro se van a otra isla y se salen con la suya”, denuncia el empresario.
Otros dos locales de Tenerife han denunciado simpas que siguen el mismo modus operandi
El pasado lunes, el Rincón Parrandero, otro popular restaurante de Tenerife, contaba lo que les había ocurrido. Una cuenta de 41 euros (vino incluido), una niña de por medio y una cuenta sin pagar.
“¿Qué clase de enseñanza le están dando a esa niña, a robar?”, indican desde el restaurante, desvelando que si “necesitan comida para esa niña pueden pedirla, pero no sentarse a comer, pedir una cuenta de 41euros con vino incluido y luego hacer a la niña salir rápido porque sus padres deciden no pagar”, recalcan, adjuntando fotos de la familia, que habría aprovechado un despiste para marcharse sin pagar del establecimiento.
Del mismo modo denunciaba el Rincón de Chasna la semana pasada. Este restaurante de Tenerife recibió a una pareja con una niña dispuesta a comer. Tanto que la cuenta ascendió a 100 euros, como reconocen desde el mismo local: “Pidieron botellas de vino, chuletón, helados, ginebra… Una cuenta de 100 euros”.
Tras haber acabado e comer, ocurre lo mismo que en el Rincón Parrandero: “En un momento determinado, entra la mujer a pedir más bebida y mientras la camarera le pone las bebidas usan a una niña pequeña para irse sin pagar”.
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