La evolución favorable del incendio de La Palma, que se originó en la madrugada del pasado sábado, ha llevado al Gobierno de Canarias a autorizar el regreso a sus hogares de todos los vecinos de los núcleos situados en el trazado de la carretera general LP-1 hacia la costa, que son la mayoría de los 4.000 desalojados inicialmente, porque esa zona incluye el pueblo de Tijarafe y casi todo el municipio de Puntagorda.
Según informó el Gobierno de Canarias, la vuelta de los desalojados a sus hogares se llevaría a cabo siempre siguiendo las instrucciones de seguridad y horario establecido del cierre de la LP-1, desde las 22.30 hasta 6.30 horas, para ejecutar unas obras. El realojo parcial se realizó ayer, hasta las 22.30 horas y hoy continuará desde las 6.30 horas, en convoyes organizados por las fuerzas de seguridad presentes, Guardia Civil, Policía Canaria y policías locales.
También se abren los dos accesos por carretera al observatorio del Roque de los Muchachos, que había sido evacuado por precaución. Por tanto, continuará desalojada la parte superior de la LP-1 desde la zona del Fayal hasta la Torre del Time, además del barrio de El Roque y la zona de Hacienda del Cura.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, subrayó que el incendio “no está controlado” y que sigue cerrada la zona por encima de la carretera. Se espera que durante la noche “haya condiciones de temperatura y humedad que ayuden y favorecerán avanzar en su extinción”.
El presidente del Cabildo de La Palma, Sergio Rodríguez, también subrayó que “las noticias son positivas” y que cuando se autoriza el regreso de parte de los desalojados es porque “existen todas las garantías” de seguridad. “La meteorología ha jugado a favor y los medios han podido trabajar en la zona más preocupante, la de las viviendas y el flanco sur”, explicó.
No se han facilitado nuevas cifras de edificaciones afectadas. Los últimos datos apuntaban a un mínimo de veinte, entre viviendas, cuartos de aperos y bodegas; sin embargo, hay impactantes imágenes que podrían confirmar un número mayor.
Durante la jornada han participado en las tareas de extinción un total de 550 personas en los diferentes medios terrestres desplegados, así como diez medios aéreos en la descarga de agua, además otro helicóptero de la Guardia Civil en labores de coordinación.
La pasada noche continuaron trabajando unos 155 efectivos desplegados, cuyos trabajos tenían previsto incidir en la Cruz del Llano, el barranco de Izcagua y El Reventón, destinados a perimetrar el incendio y liquidar el fuego en todas las zonas posibles. Entre esos efectivos nocturnos estaban los refuerzos llegados ayer desde Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, así como miembros de Unidad Militar de Emergencias y un retén del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
Más lento
A los técnicos les preocupa el flanco sur que se adentra en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, al que apenas se han podido destinar medios hasta ahora, porque se ha priorizado la defensa de las zonas pobladas. Sin embargo, también se ha comprobado que el fuego va más lento de lo que se pensaba dentro del Parque Nacional. Ese frente se podrá atacar hoy desde el aire en cuanto lo permita la visibilidad, entorpecida por las nubes y el humo.
Montserrat Román, jefa de Protección Civil y Emergencias del Gobierno de Canarias, manifestó que “la evolución es muy diferente de la del sábado”, pero insistió en que “el incendio permanece activo y no está controlado”.
Los responsables de coordinación están examinando las imágenes aéreas y de satélite para precisar la zona afectada, porque creen que es 1.000 hectáreas inferior a la que hasta ahora se había manejado, que era de unas 4.600 hectáreas.
Inicio en El Fayal
El incendio se originó pasada la 1.00 horas del sábado en El Fayal. El origen se investiga en la actualidad, en tanto ayer se especulaba con la hipótesis de un contenedor situado al borde de la carretera LP-1 y antes de la entrada a dicho núcleo de Puntagorda, que pudo arder durante la noche. Los cuerpos de seguridad aún están investigando los hechos.
El incendio se propagó muy rápidamente debido a las condiciones de viento cambiante, el calor de los días pasados, la baja humedad del 30%, las escasas lluvias registradas y la cantidad de material combustible acumulado -no se quemaba esta zona desde el año 2000-.