Las empresas legales de excursiones no pueden más. En lo que va de mes, su facturación ha caído el 50% con respecto al último periodo en el que la Administración hizo algo contra la competencia desleal que sufren por entidades que ocupan la vía pública para ejercer la misma actividad, la intermediación turística, sin contar con las condiciones para hacerlo.
La diferencia entre unos y otros es abismal.
Las primeras tiene un local por el que pagan hasta 4.000 euros al mes, ya que estos se encuentran en los espacios más transitados de los municipios de Arona y de Adeje. Dan de alta a sus empleados, que alcanzan el centenar, y tributan por su actividad, sin contar con las condiciones laborales del personal, que son las que, por ley, les corresponden.
Frente a ello, han visto cómo, desde que finalizaron las restricciones de la pandemia, han ido surgiendo kioscos situados en los mejores espacios, ocupando la vía pública sin permiso, sin pagar alquiler y sin la licencia de intermediación turística que otorga el Gobierno de Canarias.
Primero fue uno y después han ido apareciendo como setas hasta alcanzar los ocho que hay en la actualidad, cinco en Arona y tres en Adeje, en áreas concurridas y repletas de turistas jóvenes en busca de actividades que hacer durante sus vacaciones. Por eso para estas empresas es tan importante este periodo: “Nuestra temporada son cinco meses al año, entre mayo y octubre, que es cuando llegan los más jóvenes. Estamos, precisamente, en esa temporada, y nos sentimos desprotegidos”.
Así lo explica la recién creada Asociación de Empresas de Intermediación Turística de Tenerife (Adeturi), que engloba a 21 empresas legales con cien empleados en 42 locales.
En mayo de este año, el entonces grupo de gobierno de Arona actuó y logró la expulsión de doce de esas empresas de las principales vías de Playa de las Américas y Los Cristianos, como el antiguo Metrópolis, en el entorno de la calle Arenas Blancas. Desde entonces, han vuelto a surgir y a actuar.
“A nosotros -asegura- la Policía Local nos llama la atención por un cartel en la calle, pero a ellos no les dicen nada. Lo peor es que ahora argumentan que son puntos de información turística y, sin les ponen una multa de 3.000 euros, les da igual, porque eso es lo que facturan en dos o tres días”, insiste la asociación, que asegura que “nos planteamos denunciar esta inacción, tanto del Ayuntamiento de Arona como de la Policía Local. Estamos hablando de kioscos en pleno espacio público, abiertos de 9 a 22 horas, sin pagar nada y ofreciendo unos precios contra los que no se puede competir”.