Nélida Morales, la eterna delegada de la UDG Tenerife Egatesa, es testigo directo de la transformación que ha experimentado el club sureño, que estos días está celebrando sus primeros diez años de existencia. Un club que surgió de la nada gracias al empeño de Sergio Batista, y que una década después es el representativo femenino del fútbol canario, y que además pasea el nombre de Granadilla, Tenerife y Canarias por toda la geografía peninsular. Neli, como se le conoce familiarmente en el club, es el nexo de unión entre las futbolistas y la entidad. Esta es la entrevista que mantuvo DIARIO DE AVISOS con la incombustible delegada del club sureño.
Diez años ha cumplido recientemente la UDG Tenerife Egatesa desde su fundación. La evolución del club y del equipo ha sido tremenda.
“Las chicas ya llevaban varios años jugando juntas en el Charco del Pino intentando ascender, pero siempre nos faltaba algo y caíamos eliminadas. El equipo iba a desaparecer y nos dijeron que Sergio Batista nos iba a ayudar, y haría un equipo nuevo. Al principio pensamos que era más de lo mismo, pero en la primera reunión nos dijo que si queríamos podíamos hacer algo importante, y que el único objetivo era subir a Primera División. Las chicas no se lo creían, pero nos convenció de que era posible, y que se iba a lograr. Al final ganamos todos los partidos, pero nos faltó un gol en Albacete para ascender. Fue un palo muy duro, y estuvimos a punto de tirar la toalla. Al final, Sergio decidió apostar un año más con el único objetivo de ascender, y finalmente se logró en Sevilla contra el Betis. A partir de ahí seguimos haciendo historia”.
En ésta década habrá visto de todo. Momentos buenos y malos. ¿cuál sería el más especial y el que borraría de su mente?
“Sin duda, me quedaría con el ascenso a Primera División logrado ante el Betis, que después de mucho trabajo y sacrificio se consiguió. Aparte de ser un momento muy importante para el club, también fue de los más felices de mi vida. En cuanto al peor momento, cuando perdimos en Albacete que teníamos todo de cara y teníamos puesta mucha ilusión. De todos modos, lo veo más como un traspié que nos hizo ser lo que somos en realidad, porque todo lo malo, como familia que somos, lo hemos disfrutado y superado juntos. Más que un mal recuerdo, sirvió de aprendizaje”.
Se sentirá orgullosa de ser una de las trabajadoras que han estado desde la fundación del club.
“Claro que es un orgullo, pero no por ser trabajadora del club en el que he estado desde que se fundó, sino por ser parte de esta familia. Desde que Sergio Batista tuvo la locura de hacernos creer en un proyecto en el que nos implicó a todas, más que un trabajo lo considero como una forma de vida, y al ser más familiar todo, es mucho más fácil y llevadero”.
¿Cuál es su labor en la UDG Tenerife Egatesa?
“Una de mis funciones en el club es la de ser nexo entre jugadoras e institución. Tenemos una relación de amistad que va más allá del terreno de juego. Es muy fácil desarrollar ese trabajo, porque con ellas me siento muy cómoda, y lo más importante es que se sientan lo mejor posible dentro de la UDG Tenerife”.
Este equipo demuestra cada año que no tiene listón. ¿Qué espera para la próxima temporada?
“La UDG Tenerife Egatesa es un equipo que cada temporada se supera. Solo hay que ver la trayectoria desde que se fundó el club desde hace diez años hasta ahora. Estamos luchando contra los grandes clubes de España, con presupuestos que triplican al nuestro en muchos casos, con los medios más precarios de toda la categoría al no disponer de un campo e instalaciones en condiciones, por todo ello tiene mucho mérito lo que consiguen las futbolistas año tras año. De cara a la próxima temporada salimos siempre con el mismo pensamiento: seguir trabajando duro, hacerlo día a día, y que acompañen los resultados. Si se puede igualar o superar lo hecho en el curso anterior, bienvenido sea, pero lo importante es trabajar bien y duro”.
Como empleada del club también hará un llamamiento a las autoridades pertinentes para que se pueda trabajar en unas instalaciones acordes a la categoría del equipo.
“Las instalaciones que dispone el club no están acorde a lo que genera, y a la categoría que ostenta, además de pasear el nombre de Granadilla, Tenerife y Canarias por toda la península. Es cierto que necesitamos mucho más apoyo institucional para lograr los objetivos. Los resultados deportivos están ahí, y nosotras valoramos el esfuerzo y el trabajo de la directiva para que podamos seguir cumpliendo nuestros sueños. Tenemos una afición muy grande, pero necesitamos que esa afición se sienta cómoda con las instalaciones. A la hora de trabajar hacemos miles de malabares para luego poder rendir, y eso siempre se nota en el terreno de juego. A pesar de que no tenemos lo que nos merecemos seguimos dando un rendimiento altísimo”.
Uno de los secretos del éxito es el buen ambiente que reina entre los distintos estamentos del club.
“Lo que caracteriza a este club es lo familiar que es, tanto en los buenos como en los malos momentos. En los malos, nos hemos dado cuenta de lo fuertes y unidos que estamos, porque en los buenos solo se disfruta. Si no fuese por el gen de familia que tenemos no podríamos estar donde estamos y ser lo que somos. Desde el minuto uno que Sergio Batista decidió apostar por esta locura, nos ha tratado como si fuéramos sus hijas”.
El fútbol femenino ha dado un gran salto si lo comparamos con el de hace unos años.
“Recuerdo cuando jugábamos en campos de tierra, no habían medios, y veíamos imposible dar el salto a la élite. Ya se había intentado por parte de otros clubes canarios y nadie lo había conseguido hasta que llegó Sergio Batista, que decidió apostar por esta locura. Hasta la fecha ha habido un gran avance, pero siempre hay que mostrarse cautelosos y racionales con respecto a lo que se genera. A las futbolistas hay que darles el valor y reconocimiento que se merecen, y en ese aspecto se ha avanzado mucho. Hay que seguir así”.