El Ministerio de Sanidad ha confirmado un nuevo caso de botulismo vinculado a la ingesta de tortillas de papas envasadas e investiga otro como probable tras la notificación recibida por parte de las autoridades noruegas de dos personas que estuvieron en Barcelona entre el 10 y el 23 de julio y consumieron este producto.
En un nuevo informe de situación, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) suma ya 11 afectados -de los que 9 han sido confirmados- por el brote que se inició en Italia el mes pasado.
Este país notificó los primeros dos casos a través del Sistema de Alerta Precoz y Respuesta de la Unión Europea (EWRS). Desde entonces, el CCAES está haciendo un seguimiento estrecho de la evolución epidemiológica.
Hasta el pasado 16 de agosto se habían notificado 15 casos en personas mayores de un año, ninguno de ellos en Canarias, de las que 11 tienen antecedentes conocidos de consumo del mencionado producto en los días previos al inicio de sus síntomas.
Las tortillas fueron compradas en supermercados de siete comunidades (dos en Andalucía, una en Asturias, dos en Castilla y León, dos en Cataluña, dos en Madrid, una en la Comunidad Valenciana y otra en Galicia), y aunque eran de distintas marcas, recuerda que fueron elaboradas por una única empresa.
Pero, ¿qué es el botulismo?
Tal y como explica el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el botulismo es una enfermedad grave pero infrecuente. Está causada por toxinas producidas habitualmente por las bacterias Clostridium botulinum y a veces por Clostridium butyricum y Clostridium baratii.
Existen tres formas clínicas de botulismo: la forma clásica o botulismo transmitido por alimentos, el botulismo intestinal (causado por la colonización intestinal del aparato digestivo, normalmente en los lactantes) y el botulismo por heridas. El botulismo transmitido por alimentos resulta de la ingestión de toxina preformada en alimentos contaminados por Clostridium productor de toxina botulínica.
Casi todos los casos esporádicos y brotes en nuestro medio tienen relación con productos alimentarios preparados o conservados por métodos que no destruyen las esporas y permiten la formación de toxina, habitualmente conservas caseras.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del botulismo se inician de forma aguda tras un período de incubación habitual de 12-36 horas, aunque a veces puede llegar a ser de varios días y hasta 1 semana tras la ingesta del alimento. Cuanto más corto es el periodo de incubación más grave es la enfermedad y mayor la letalidad. La clínica consiste en una neuropatía bilateral asociada a una parálisis o debilidad simétrica descendente flácida producida por la acción de la neurotoxina botulínica.
En el botulismo transmitido por alimentos, aunque la persona puede presentar síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea, los síntomas iniciales son una marcada astenia, debilidad y vértigo seguidos de visión borrosa, boca seca, dificultad para tragar y para hablar como consecuencia de la afectación por la toxina de los pares craneales. La parálisis de los músculos respiratorios puede requerir la instauración de ventilación mecánica. La mayoría de los casos se recuperan si son diagnosticados y tratados precozmente.