El cáncer de estómago es un ejemplo de cómo la incidencia y la mortalidad pueden variar en diferentes países. A nivel mundial, este tipo de cáncer ocupa el quinto lugar en frecuencia y el cuarto en mortalidad, pero en España, registra cifras más bajas de muertes y se encuentra en el duodécimo lugar en frecuencia. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que en 2023 se diagnosticarán 6,932 casos de cáncer gástrico, la mayoría de ellos en hombres.
La detección temprana del cáncer de estómago aumenta las posibilidades de supervivencia, pero lamentablemente, en sus etapas iniciales, suele ser asintomático y los pacientes suelen notar los síntomas cuando ya está avanzado. Algunas molestias comunes pueden ser confundidas con otras condiciones, como indigestión, hinchazón después de las comidas, náuseas leves o pérdida de apetito.
Señales tempranas del cáncer de estómago
El dolor en el área del abdomen, específicamente en la parte superior izquierda debajo de las costillas, también puede ser un síntoma, pero es importante tener en cuenta que estos signos pueden ser causados por diversas afecciones no relacionadas con el cáncer.
En etapas más avanzadas, el dolor de estómago puede estar acompañado de síntomas más preocupantes, como sangre en las heces, vómitos (con o sin sangre), pérdida de peso no intencionada, acumulación de líquido en el abdomen (ascitis) y un recuento bajo de glóbulos rojos.
La inflamación crónica en el estómago es un factor de riesgo importante para el cáncer gástrico. Esta inflamación puede ser causada por diversas razones, incluyendo infección por Helicobacter pylori, enfermedad de reflujo gastroesofágico y pólipos gástricos. Además, algunos estudios han sugerido una posible relación entre el consumo habitual de inhibidores de la bomba de protones (protectores gástricos) y el riesgo de desarrollar cáncer gástrico, aunque aún no está completamente esclarecido si estos medicamentos son la causa directa o simplemente están asociados con otros factores de riesgo.