El martes 15 de agosto, casi en el umbral del miércoles (23.36 horas), se declaraba un incendio en los montes de Arafo que, con el paso de las jornadas, demostró tener una voracidad sin parangón en Canarias en los últimos 40 años. La más reciente actualización del sistema de satélites de Copernicus, el programa europeo de observación de la Tierra, dada a conocer el lunes, situaba en 12.273 las hectáreas quemadas, agregándole 1.316 -sobre todo, del Valle de La Orotava- al anterior cálculo.
Güímar, Fasnia, Candelaria, El Rosario, Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula, La Orotava y Los Realejos, además de Arafo, han sufrido los estragos de las llamas, en una catástrofe que, de no ser por la labor del operativo desplegado, podría haber sido mucho peor, pues no han faltado momentos críticos en los que el fuego amenazaba con seguir avanzando.
El pasado miércoles, día 24, el presidente del Gobierno de Canarias anunciaba que, al fin, el incendio estaba estabilizado, tras 48 horas de no ir más allá del perímetro que abarca (las autoridades lo han cuantificado en cerca de 90 kilómetros, con unas 14.700 hectáreas afectadas). No obstante, a esta declaración aún han de agregársele otras dos para dejar atrás la pesadilla: la de que el fuego está controlado y, después, la de que se ha logrado extinguirlo.
Hasta que llegue ese momento, el operativo de la emergencia -que el lunes se rebajó al nivel 1, esto es, el Gobierno de Canarias dejó de dirigir su gestión, para asumirla el Cabildo de Tenerife- no deja de trabajar con intensidad.
Ayer continuaban desalojadas unas 20 personas, vecinas del municipio de Santa Úrsula, como medida de precaución y para facilitar las labores de extinción en la zona.
EL PERSONAL
El operativo de intervención está conformado en la actualidad por 135 personas. Según detalla el Cabildo de Tenerife, integrantes de las brigadas forestales de la corporación insular y también de los cabildos de La Palma, La Gomera y El Hierro, el Consorcio de Bomberos de Tenerife y las empresas Tragsa y Gesplan. A ellas hay que unir las de los cuatro helicópteros -dos de la Corporación insular y dos del Estado-, junto al personal de coordinación y logística. Además, ayer se preveía que se sumasen dos dotaciones de bomberos voluntarios.
Los medios centran sobre todo su labor en La Matanza, Santa Úrsula, La Orotava y Güímar, para consolidar el perímetro y sofocar las reactivaciones del incendio, con diversos puntos calientes. Durante la madrugada de ayer se produjo una nueva rotura en el Canal de Aguamansa, que presenta un patente estado de fragilidad, aunque pudo ser subsanada durante la jornada.