La enorme complejidad del incendio que asolaba, y todavía lo hace, gran parte de Tenerife está complicando enormemente su control por parte de los efectivos de extinción, según explicaron anoche los responsables técnicos en rueda de prensa, en la que comparecieron junto al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila.
Sin embargo, 8.355 personas podrán volver ya a sus hogares, después de una semana de un incendio activo, con más de 12.000 personas evacuadas. Quedarán pendientes, por tanto, más de 3.000, según detalló Rosa Dávila.
No obstante, los técnicos coincidieron, en el último encuentro del día para dar el balance del incendio, en que este se encuentra perimetrado en casi todos sus frentes, excepto en uno de ellos: la parte alta de Güímar, que queda claramente segregada del resto en cuanto a su situación.
“El resto del incendio está cerrado en un perímetro que es débil, porque aún queda mucha carga dentro para seguir ardiendo y, además, con unas temperaturas por encima de los 30 grados, que empeoran la situación de los puntos calientes”, según explicaron, para subrayar que, “sin embargo, el frente que se encuentra claramente activo es el de la parte alta de Güímar, en la que es muy difícil de acceder, con laderas muy verticales que hace muy difícil actuar”. “Este frente no lo tenemos agarrado”, admitieron. Tanto el presidente del Gobierno de Canarias como la máxima responsable de la Corporación insular coincidieron ayer en destacar que los efectivos desplegados sobre el terreno “son suficientes”, al tiempo que Fernando Clavijo remarcó que “trasladar más unidades podría complicar las labores de extinción, haciendo muy compleja la organización de las tareas”.
Según los datos ofrecidos, el número de hectáreas afectadas por el fuego ascendía a 14.751, mientras que un total de 379 efectivos se disponían a trabajar en las tareas de extinción la pasada noche.