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7 lugares abandonados de Tenerife que puedes visitar (y sacarte fotos)

Todos ellos son visitables, al menos en su exterior y algunos estuvieron en funcionamiento, cumpliendo una importante labor, hasta no hace mucho
7 lugares abandonados de Tenerife que puedes visitar (y sacarte fotos)

Existe toda una cultura del turismo que se acerca a enclaves abandonados, muchos de ellos considerados misteriosos aunque, en ocasiones, sea solo por ese estado de abandono, recorriendo buena parte del planeta. Hay lugares abandonados de Tenerife que están considerado de los más relevantes a nivel nacional e, incluso, internacional.

Muchos de esos lugares abandonados, sean en Tenerife o no, son imposibles de visitar. Su estado de deterioro es tal que resulta peligroso para la integridad de las personas, por lo que transitar por ellos está prohibido. Ocurre también con algunos de esta lista que, de igual forma, pueden ser observados o fotografiados sin problema desde el exterior.

Los 7 lugares abandonados de Tenerife

El edificio abandonado en Tenerife, único en el mundo, testigo de otro tiempo
El edificio abandonado en Tenerife, único en el mundo, testigo de otro tiempo

Silo de cereales de Santa Cruz

Dentro de las listas que se suelen hacer, es el edificio abandonado en Tenerife que, quizás, pasa más desapercibido. Posiblemente, su proximidad al antiguo Balneario de Santa Cruz de Tenerife ha sido uno de los causantes de que el antiguo silo de cereales de la capital haya quedado en el olvido. Pero es único y, en su día, tuvo especial valor por varios motivos.

Una de las cosas que más llaman la atención al contemplar estos silos es su imponente silueta, con una torre de almacenamiento. Esta torre de elevación permitía que el cereal no tuviera que ser ascendido de manera manual a la zona alta, lo que suponía un gran esfuerzo para los trabajadores.

El interior no es visitable.

La dirección es: Conjunto Sg Puerto, 2, 38180 Santa Cruz de Tenerife

Sanatorio de las Cañadas

El Sanatorio para Tuberculosos, en las Cañadas del Teide, acabó siendo el destino de los numerosos enfermos de tuberculosis que provenían de diferentes partes del planeta para aislarse. Empezó a construirse como hospital en los años treinta del siglo pasado, pero nunca llegó a terminarse. Y es que el clima cálido de la isla era, para médicos nacionales e internacionales, ideales para tratar las enfermedades respiratorias. Hace apenas unos meses el Cabildo demolió el ‘esqueleto’ de la edificación, con la intención de recuperar el valor natural del entorno. No obstante, merece la pena recordarlo.

¿Cómo visitarlo? Existe un sendero, el 16 o el sendero del Sanatorio, que discurre por sus ruinas.

La Leprosería de Abades

Nos situamos en los vestigios ruinosos del sanatorio de Abona, un complejo inacabado planificado para leprosos que se ubicó en Abades y que hoy marca de manera determinante el paisaje con su aspecto de ciudad fantasma. El escenario no puede resultar más evocador, cinematográfico, incluso. Diferentes estructuras y una iglesia coronada por una gigantesca cruz.

Nunca se terminó, nunca acogió a enfermo alguno; por lo tanto, nunca nadie languideció moribundo presa de sufrimientos indescriptibles. Algunas zonas fueron usadas para acoger campamentos estacionales de Falange y otras en tiempos más recientes como campo de tiro por los militares. El sitio ha ido adquiriendo rango de encantado, se han realizado sesiones de mediumnidad para contactar con los espíritus atrapados y hasta ceremonias de limpieza y liberación de tales entes desorientados.

Antena de Central (El Médano, Granadilla)

Lo que iba a convertirse en una central termoeléctrica solar acabó por ser uno de los lugares abandonados más llamativos de la Isla. Allí, a pocos metros de Montaña Pelada, en la zona de El Médano, permanece una gigantesca “parabólica”, tal y como la definen los vecinos, oxidada por el tiempo que se ha transformado en un reclamo para los amantes de la fotografía.

La oposición de los vecinos logró que la antena, proyectada en suelo protegido, nunca entrara en uso, dejando, eso sí, una estampa de película apocalíptica.

Se encuentra en los alrededores de la playa de La Jaquita, llegando a la avenida Juan Carlos I y muy próxima a la calle Estambul.

El búnker de Santa Úrsula

El búnker militar ubicado en la urbanización La Quinta, en Santa Úrsula, es una construcción que data del año 1942, diseñada por el dictador Francisco Franco para vigilar gran parte del litoral norte ante una eventual invasión durante la lucha entre los aliados y las potencias del eje en el marco de la Segunda Guerra Mundial y así hacer frente a cualquier tipo de desembarco que se produjese en las playas del Puerto de la Cruz.

El Plan Especial del Paisaje Protegido Costa de Acentejo propone convertirlo en un gran mirador, dado que ofrece una de las vistas más espectaculares de la Costa de Acentejo, un espacio único por la diversidad del paisaje, que se entremezcla entre desembocaduras de barrancos y acantilados.

Entre todos los búnkeres que hay en la Isla es, seguro, el que mejores vistas ofrece.

La Casa de Aguadulce de Guía de Isora

Menos conocida que la popular Gordejuela pero con mucho atractivo. También conocida como casa del Embarcadero o Castillo de Aguadulce, se encuentra en la costa de Guía de Isora, en Playa San Juan y, curiosamente, no se conoce con qué propósito fue edificada, aunque se cree que el embarcadero que posee, ya muy deteriorado, servía para desembarcar productos llegado a esa zona de la Isla.

Su paseo a pie es uno de los más atractivos que se pueden llevar a cabo en Tenerife, pudiendo ver toda la costa y llegando a la ubicación exacta.

Semáforo de Igueste de San Andrés

El Semáforo de Igueste de San Andrés, única instalación de este tipo en Canarias, fue de vital importancia en épocas pasadas para orientar a los barcos que navegaban frente a las costas de Tenerife. Inaugurado entre 1880 y 1895, estuvo en funcionamiento hasta 1971.

La construcción se encuentra sobre un acantilado de más de 200 metros de altura, cerca del casería de Igueste de San Andrés, en pleno macizo de Anaga. Aunque el Semáforo, tal cual se ve hoy, se levantó con la misión de avisar de la llegada de buques al puerto de Santa Cruz, ese mismo enclave ya se usaba anteriormente como atalaya de avistamiento para la defensa de la isla.

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