Francisco García-Talavera Casañas (Santa Cruz, 1945) es doctor en Biología por la Universidad de La Laguna y geólogo y paleontólogo por la Universidad Complutense. Ha sido director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y fue consejero de Museos del Cabildo, cargo político en el que desarrolló una importante actividad. Miembro –hoy de base— del Partido Nacionalista Canario (PNC), lamenta la retirada de la política del que fuera su presidente Juan-Manuel García Ramos. Ha investigado de manera exhaustiva sobre asuntos de sus especialidades, que como hemos dicho son varias. En los últimos tiempos está dedicando años y esfuerzos a reflejar la importancia de los canarios en América, “que no ha sido valorada como se merece”. Uno de sus últimos libros (editorial Kinnamon) es precisamente 69 apellidos canarios (Linajes guanches en América). Y prepara otra obra sobre las variantes del apellido Bethencourt en el mundo. Por ejemplo, en Puerto Rico, la variante Betancourt da identidad a 54.000 boricuas y ocupa el número 12 en el ranking de los apellidos del país. No tiene reparos a la hora de exponer sus conocimientos sobre la Conquista de Canarias, ni de calificar al jefe de los conquistadores, Fernández de Lugo, con palabras muy duras. Habla, por ejemplo, de la importancia de los gallego-portugueses en la invasión de Tenerife “superior, incluso, a los castellanos, muy probablemente”. Indica que el 37% de los isleños con padres y abuelos canarios posee genes guanches, según estudios fiables y de amplias muestras; otro 37% tiene genes europeos ibéricos y, de este último porcentaje, el 40% de los individuos, son de origen galaico-portugués. No está de acuerdo con las dataciones del poblamiento de Canarias, que algunos historiadores estiman en torno al siglo III de nuestra Era, porque aclara que hay estudios que lo sitúa –y él también lo cree así— en torno al año 900 antes de Cristo. Como ven, promete ser esta una entrevista entretenida. El día de la conversación en Los Limoneros era también el de su cumpleaños.
-Pongámonos en 1496. Y pasemos revista a las andanzas del de Lugo. ¿Cómo calificarías al jefe de los conquistadores?
“Como un tipejo y un traicionero”.
-Casi se deja la cabeza en Acentejo.
“Sí, por la pedrada de un guanche. Lugo engañó a los guanches del sur de la isla de Tenerife, hizo que lo ayudaran y más tarde, cumplidos sus propósitos, los vendió como esclavos. No era un tipo de fiar, por eso mis calificativos de tipejo y de traicionero”.
-A ti la palabra aborigen no te gusta. ¿Me equivoco?
“No, no me gusta nada, sobre todo porque se estaba perdiendo la de guanche, que es la voz que hay que usar cuando nos referimos a nuestros antepasados”.
-Paco, has tocado todos los palos de la investigación: la geología, la paleontología, la biología, la historia. ¿En qué especialidad te sientes más a gusto?
“En todo lo que he hecho, pero ocurre es que uno ya va cumpliendo años y no está para expediciones, sino más bien para trabajo de investigación vamos a llamarla más tranquila. Ahora estoy empeñado en que la gente conozca nuestra labor, la labor de los canarios en América”.
-Que ha sido impresionante, partiendo de unas islas tan pequeñas.
“Efectivamente. Un dato estadístico–demográfico interesante es que a finales del siglo XVII (censo de 1680) la población total de Canarias superaba los 100.000 habitantes, de los cuales más de la mitad vivía en Tenerife (51.924). Estos datos contrastan con la escasa población de las colonias americanas del Caribe, a consecuencia de la hecatombe demográfica de la población indígena, por las mismas causas que en Canarias. Fíjate que en Puerto Rico, que tiene 9.104 kilómetros cuadrados, vivían entre 6.000 y 7.000 personas y en Tenerife, con 2.034 kilómetros cuadrados, más de 51.000”.
-Ya no quedan dudas sobre nuestro origen bereber.
“No, claro, ninguna duda”.
-¿Y qué pretendes, en tu nueva línea de investigación sobre nuestra raza?
“Tres factores. Uno, la pervivencia inexorable de la genética guanche; dos, la gran influencia portuguesa en la Conquista de Canarias, más que la castellana incluso; y tres, las fechas del poblamiento de Canarias, que no ocurrió en el siglo III de nuestra Era, como sostienen algunos historiadores y se daban como buenas hasta ahora, sino que datan del año 900 antes de Cristo. En esto están despistados tanto en la ULL como en la ULPGC”.
-¿Podemos concluir taxativamente que nuestros antepasados eran libios?
“Procedían de lo que hoy es Libia y estaban en íntimo contacto con los egipcios. No debes olvidar que hubo faraones libios y esto es un dato absolutamente demostrado”.
-Se está investigando mucho sobre las momias guanches. Sobre lo que comían los habitantes de Canarias, sobre su estatura, sobre sus costumbres.
“Sí, tanto la Universidad de La Laguna, como el Museo de Tenerife, a través de Conrado Rodríguez-Maffiotte, investigan ahora las momias de los guanches, en colaboración con el equipo del profesor Manuel Maynar. Las conclusiones llegarán. La estatura es otro asunto interesante”.
-¿Por qué?
“Mira, siempre se ha dicho que los guanches eran altos. Y se les representaba como personas altas; y es verdad. Altas para su época y comparándolos con los castellanos. La estatura media de los varones españoles era de 1,61 y los guanches medían, de media, 1,71 los varones y 1,57 las mujeres”.
-También se ha hablado de su vestimenta.
“Sí, iban vestidos con el célebre tamarco. La manta esperancera es heredera del tamarco; pero, claro, la manta es de lana, que no tiene nada que ver con la vestimenta de los guanches. Porque, además, los guanches no pastoreaban ovejas de lana, sino de pelo. Y criaban el famoso cochino negro, que ha llegado hasta nosotros”.
-Parece que no existen dudas de que llegaron navegando.
“No, claro que no”.
(En la revista Makaronesia -número 12, noviembre de 2010-su compañero Lázaro Sánchez-Pinto define a Paco García-Talavera como “una persona polifacética, que también se ha involucrado a fondo en temas que poco tienen que ver con su profesión. Aparte de competir en natación cuando era joven, siempre ha sido seguidor de todo tipo de deportes y aún se acuerda perfectamente de las marcas registradas por atletas olímpicos de hace décadas o de las alineaciones de equipos de fútbol y baloncesto del siglo pasado. Además, es un entusiasta investigador de la historia de Canarias, a la que ha contribuido con varias publicaciones de gran interés, la mayoría de ellas relacionadas con aspectos humanos, como la estatura de los guanches, su identidad genética, sus juegos o la presencia de los primeros colonos europeos”).
-Supongo que ya no haces submarinismo.
“No, ya no, pero estoy al tanto de cualquier novedad que aparezca sobre los fondos de Canarias. Además, como paleontólogo he investigado a fondo el tema de los fósiles y hemos descubierto algunos yacimientos de enorme interés, como dice un compañero, ‘rompiendo rocas a base de martillazos’ para extraerlos”.
-¿Y cómo nació tu afición por la Naturaleza?
“Desde la infancia, porque veraneaba con mi familia fuera de Santa Cruz, en Las Mercedes. Y allí aprendí secretos de la Naturaleza que me marcaron para siempre”.
-Paco, en los últimos tiempos has trabajado mucho sobre nuestra historia. Los apellidos que descienden de los aborígenes; las personas que se marcharon a América desde Canarias y que dejaron allí su impronta; lo que vas a publicar ahora del apellido Bethencourt y sus variantes. ¿No te atreves con El Álamo? Los canarios lucharon contra el general López de Santa Anna en la gesta de San Antonio de Texas.
“Mira, me encantaría. Me encantaría continuar el relato y la investigación de Armando Curbelo, abogado e historiador de Las Palmas, que ha tratado con rigor la gesta de El Álamo, en la que los canarios defendieron el fuerte nada más y nada menos que luchando en compañía de personajes míticos para el mundo como David Crockett, Jim Bowie y James Barrett Travis”.
-Un puñado de canarios de Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife murió en El Álamo.
“Enviados allí los antepasados de esos héroes por el marqués de Arguayo, que sufrieron muchas penalidades hasta llegar a San Antonio de Texas para fundar la ciudad. Que lucharon contra los indios, que atacaban sus caravanas. Que cargaron hasta San Antonio una rueda de molino de gofio, que se expone en El Álamo. Una de mis prioridades es que se conozca y se reconozca la inmensa labor de los canarios en América, que no ha sido suficientemente valorada y a veces, incluso, silenciada e ignorada. En mi libro 69 apellidos canarios hay un apartado que se titula El salto a América. Ahí reivindico que se haga justicia a esos auténticos pioneros”.
(Paco García-Talavera, en su labor de paleontólogo, ha participado en expediciones africanas, a las Azores, a las Salvajes, a las Islas Galápagos; ha publicado en la prestigiosa revista norteamericana Nautilus. En Órzola (Lanzarote), él y sus compañeros de equipo descubrieron un espectacular yacimiento de finales del Mioceno -seis millones de años de antigüedad-. Allí desenterraron un nido de huevos de aves gigantes, también huevos de tortugas terrestres de gran tamaño y hasta huevos de una serpiente del grupo de las boas, según leo en la citada revista Makaronesia. Cita en su relato a uno de sus maestros, don Carmelo García Cabrera y a sus amigos y compañeros Checho Bacallado, Arnoldo Santos y Lázaro Sánchez-Pinto, entre otros).
-Ha sido una vida intensa dedicada a la investigación.
“Sí, lo ha sido, y muy enriquecedora. No ha sido sólo trabajo mío, sino de muchos compañeros de Canarias y de fuera de Canarias”.
-Háblame de tu nuevo libro, que va a aparecer muy pronto con el sello de la editorial Kinnamon.
“Gracias a la labor de su consejo editorial, que preside José Javier Soto. Yo colaboro con él en todo lo que puedo. Ya te dije que investigo la proyección americana y africana del apellido Bethencourt y sus variantes. Es que la presencia canaria en América desde el siglo XVI fue muy numerosa. Muchos isleños llegaron como especialistas en todo el procedimiento de los ingenios azucareros, que comenzaban a proliferar. Esta presencia canaria continuó en los siglos XVII y XVIII. Desde las islas partieron para América 176 familias, en ocho expediciones, desde finales del XVII hasta las primeras décadas del siglo XVIII, con un total de 882 personas y todo esto hablando aproximadamente porque algunos datos evidentemente no son exactos”.
-¿Y cuáles son los países en los que ese apellido está presente?
“Colombia, Brasil, Venezuela, Puerto Rico, Canarias, Estados Unidos, Mozambique Panamá, Portugal y Angola y sus variantes van desde Vetancourt a Bettencourt, pasando por Betancourth. Es apasionante”.
(Hablando de ingenios azucareros, el mercenario Fernández de Lugo, y ahora el calificativo lo pongo yo, tuvo que vender uno que poseía en Gran Canaria para costear la Conquista y el exterminio guanche de Tenerife. La verdad es que le salió rentable porque aquí trincó todo lo que pudo, tras engañar a los guanches del sur, que se llevaban mal con los del norte y que se dejaron engañar por tan funesto personaje. Los guanches no se llevaban bien unos con otros y frecuentemente se enzarzaban en batallas locales que no les hicieron nada bien tras la llegada de los conquistadores. En fin, que la historia tiene estas contradicciones y estas traiciones, alentadas por los que quisieron sacar tajada de Canarias. Podríamos seguir hablando, Paco y yo, mucho tiempo de un sinfín de cosas. El profesor es una caja de sorpresas, pero a mí se me acaba el espacio. Otro día quizá).