Cuando esperábamos que la meteorología nos diera una tregua este fin de semana, la entrada de dos intrusiones de polvo africano al sur de las Islas, pese a que no han sido muy intensas, han mantenido las temperaturas altas unos días más pese a que en diversos puntos de la Península ya han bajado y han caído lluvias.
Esta anómala ola de calor, extraordinariamente larga, no solo para octubre sino que supera la duración media de las olas de calor incluso en verano, las insistentes entradas de polvo sahariano y la disminución del régimen de precipitaciones y, por tanto, el aumento de la sequía, pone sobre la mesa si estamos ya sufriendo los efectos del cambio climático, la tropicalización meteorológica.
El delegado de la Aemet en Canarias señaló a DIARIO DE AVISOS que “el cambio climático producido por la acción del hombre comienza desde la época preindustrial. En Canarias tenemos datos que son relevantes, con series centenarias y podemos ver la evolución que han tenido las distintas variables, y también tenemos estudios focalizados de cómo está cambiando el clima en nuestro entorno”. “Los datos que poseemos reflejan que estamos notando y padeciendo el impacto del cambio climático, que se está produciendo un calentamiento en el planeta y las consecuencias que conlleva. Cualquier persona que pueda ver una serie de temperatura y analizarla puede ratificar ese impacto”, recalcó.
En relación a la disminución de las precipitaciones y que cuando aparezcan sean de forma torrencial, David Suárez señaló que “las proyecciones en la región subtropical del Norte de África que realiza el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) hablan de un descenso de las precipitaciones del 7% en los próximos 20 o 30 años. En relación al número de días de lluvia, estos también serán menos pero alertan podría llegar a ser en ocasiones de forma torrencial, produciendo daños”.
“Cuando emitimos un aviso es que estamos muy seguros y con una alta probabilidad de que ocurrirá el fenómeno”
Por tanto desde la Aemet, continuó “trabajamos en la alerta temprana, en intentar prever los fenómenos adversos con antelación para que las autoridades puedan tomar las decisiones pertinentes para salvaguardar la vida de las personas y los bienes”.
Para lograr este objetivo, la predicción cada vez es más certera y en este aspecto, el delegado de la Aemet en Canarias puso en valor la mejora de las herramientas de trabajo y la computación. “Evidentemente la meteorología no es una ciencia exacta, pero estamos intentando predecir un sistema que es caótico e impredecible. Lo que hacemos es ver qué escenarios tenemos y que probabilidad tenemos de todos los fenómenos atmosféricos. La principal herramienta con la que trabajamos son los modelos numéricos de predicción, que no dejan ser modelos y van mejorando con el paso de los años, y hay un gran salto con la mejora de la computación y la capacidad de cálculo porque es necesario resolver las ecuaciones de la física”.
En relación a Canarias, la precisión cada vez es mucho mayor y afinada. “Tenemos 11 zonas de aviso terrestres con información muy detallada e intentamos afinar mucho. Evidentemente cuando emitimos un aviso desde la Aemet es que estamos muy seguros y con un alta probabilidad de que ocurrirá el fenómeno. Queremos transmitir que nosotros siempre hablamos en términos de probabilidad, porque al fin y al cabo la atmósfera es un sistema caótico”, finalizó.