El Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife inauguró este jueves la exposición Matías Rodríguez Carta (1675-1743). Comerciante y promotor de las artes. Una muestra que se podrá visitar hasta el próximo 21 de abril y se adentra en la figura del patriarca de la familia Rodríguez Carta y Abarca (Santa Cruz de La Palma, 1675-Santa Cruz de Tenerife, 1743). Una familia que acumuló una importante fortuna gracias a la actividad mercantil, a la que dieron continuidad sus familiares y allegados durante el siglo XVIII. Una dedicación profesional que está vinculada al progreso de Santa Cruz, que experimentó grandes avances en esa época.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento de la capital tinerfeña, Santiago Díaz Mejías, explicó que la exposición tiene “un gran valor, porque no solo muestra el protagonismo de la familia, su desarrollo en Santa Cruz y la conformación de un auténtico clan empresarial vinculado a la actividad mercantil, sino que hace hincapié en la cultura de la muerte, a través su retrato mortuorio, así como del patrocinio artístico del que hacía uso la familia como medio de promoción social y expresión”.
El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, presente también en la apertura del proyecto expositivo, declaró que “esta exposición viene a demostrar que somos fruto del esfuerzo y el trabajo de los que nos han precedido, como es el caso de Matías Rodríguez Carta, quien contribuyó con la actividad comercial al crecimiento de Santa Cruz y dotó a las iglesias de magníficas obras de arte”.
El consejero del Consejo Consultivo de Canarias, Alfredo Belda Quintana, detalló que “se han cedido dos obras de importante valor que permiten conocer una faceta desconocida de la historia de Santa Cruz del siglo XVIII”.
El comisario de la exposición, Pablo Hernández Abreu, abordó la historia de Matías Rodríguez Carta y aseveró que “es un profundo orgullo poder disfrutar de esta exposición que engloba el pasado, el presente y el futuro de la sociedad, con la que poder disfrutar de la belleza poética de un muerto que está más vivo que nunca”.
El recuerdo de esta familia burguesa permite evocar uno de los episodios más brillantes de la historia de Santa Cruz, puesto que durante las primeras décadas del setecientos se definieron también muchos aspectos que caracterizaron a la localidad durante el Antiguo Régimen: la consolidación del recinto parroquial de la Concepción, el desarrollo de los dos conventos de frailes, el origen de los primeros espacios públicos, la construcción de un puerto más amplio y, sobre todo, el fomento de una arquitectura doméstica culta y sofisticada, de la que, precisamente, la casa de la familia Rodríguez Carta, en la plaza de la Candelaria, es su ejemplo más significativo.