Un mago de Tenerife, Xerax, logró el 22 de diciembre de 2008 acertar el Gordo de Navidad en un acto que se llevó a cabo de manera pública. Una semana antes, en una urna colgada de una grúa en los exteriores del Cabildo, escribió el 32.365, el número ganador. Ahora, Juan Pedro Hernández lo ha vuelto a hacer, pero con en sorteo de la Lotería del Niño.
El mago Xerax, en el programa 25 Grados, de Televisión Canaria, se ha atrevido, tras aquel hito recuperado recientemente por DIARIO DE AVISOS, a, con un método muy similar, averiguar el número del sorteo del próximo 6 de enero. Este mago de Tenerife escribió, nuevamente, el número de cinco cifras de la Lotería del Niño para luego introducirlo en una caja de seguridad. Allí quedará custodiado hasta la fecha.
El mago Xerax y su compañero Sergio Dion se quedaron con la llave de la caja de seguridad y, dentro de la misma, el sobre cerrado, firmado por la reportera -Marta Mallorquín-, que cubría la información. La caja permanecerá en el plató del programa. La solución, el próximo día 6.
Sorprendido por lo que pasó con el Gordo de Navidad
El revuelo montado alrededor de este mago de Tenerife lo sorprendió. Llamdas de todo el mundo, particulares que le pedían “el favor” de que les diera el próximo número ganador… Aún hoy, tras 37 años entre la magia y el ilusionismo, Juan Pedro Hernández, el mago Xerax, sigue siendo uno de los más importantes dentro del panorama regional y nacional.
La puesta en escena con el Gordo de Navidad fue sumamente llamativa. El papel con el número, la urna suspendida por una grúa… Aquello provocó que cuando Juan Pedro Hernández llegó a su casa comenzó a ver “en todas las televisiones” aquellas imágenes: “Vi a Pedro Piqueras hablando de lo que había pasado, con la urna en el aire. Llegó a Venezuela, porque llamaron a Efraín Medina (entonces consejero del Cabildo) allí. Fue tremendo”.
“En Madrid la repercusión fue enorme, tanto que un año después, en Antena 3, me pidieron que adivinara el número del Gordo de Navidad y lo hice”, indica en tono desenfadado. Aquello provocó, entre otras cosas, que comenzarán las llamadas a su teléfono con la intención de que acertada la cifra para ello. “Me escribían de Sudamérica, pero para pedirme muchísimas cosas, casi me veían como un tarotista”, dice sonriendo.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas