Hace apenas 2 meses que Verónica Lorente y Alejandro Fernández, llegaban junto a su hijo de 17 meses, Maverick, de una experiencia que les transformaría la vida. Para Verónica, este había sido un proyecto que siempre había tenido en mente, sin embargo, nunca se habría imaginado que lo haría con un bebé de 9 meses a cuestas.
La familia de Tenerife, que actualmente reside en Santa Cruz, ha pasado 6 meses recorriendo el Sudeste Asiático, pasando por Tailandia, Indonesia (Bali), Malasia, Singapur, Vietnam, China (Hong Kong), Taiwán y Filipinas.
“La gente me decía, cuando tengas un hijo no vas a viajar”, sin embargo, Verónica como enfermera pudo solicitar una excedencia en su trabajo para realizar la aventura que siempre estuvo esperando, junto a su pareja, Alejandro, jugador de voleibol profesional, y su primer hijo, Maverick.
“Yo ya había visitado Bali, así que sabía dónde moverme y que para viajar con el peque era seguro”, la pareja inició el viaje con un bebé de 9 meses recién cumplidos, al finalizar esta experiencia, el pequeño alcanzó los 15 meses de edad. “Cuando ya has viajado sola, en grupo e incluso, organizado viajes para otras personas, se hace más fácil organizarte aunque vayas con un niño” comenta Verónica, aunque confiesa que “al final la ruta no es adaptada al peque, sino que el peque se adaptó a nosotros”.
La mayor dificultad para viajar con un bebé tan lejos
“Tal vez lo más complicado sea la alimentación, desde que Maverick tenía 6 meses comenzamos con una alimentación complementaria, con el método baby lead weaning, que se trata de la comida en trozos, sin ser triturados. Empezamos a introducirle algunos alimentos que nos íbamos a encontrar allí, por si presentaba alguna reacción alérgica, sobre todo con la fruta, kiwi, pitayas, naranja, plátano o incluso frutos secos, ya que en Asia cocinan con muchos frutos secos”, relata la mamá viajera.
“Si quieres ir a la aventura, tienes que adaptarte un poco a la forma de vivir de ese destino”, es por ello, que a la hora de moverse, la pareja tenía que recurrir a las motocicletas que alquilaban en Tailandia, “yendo siempre despacito y con el bebé entre los dos, sin ir como locos, así nunca tuvimos ningún problema”, comenta.
Sin embargo, la mayor complicación para Maverick pudo haber sido el intentar adaptarse a una nueva rutina, trastocando sus horas de sueño. “Cuando estuvimos en Filipinas, tuvimos que coger muchas horas en barco, lo que muchos niños no aguantan, aunque a nuestro peque lo pusimos a jugar y nos adaptamos a las horas que dormía para hacer los traslados”.
“Es una experiencia súper bonita de ver cómo Maverick ve la vida en esta aventura, y cómo se relaciona con otros niños jugando, sin tener que saber el idioma”.
A través de su blog de viajes ‘Si no has viajado’ y las redes sociales, Verónica relata cada una de estas aventuras con vídeos y reportajes fotográficos de cada destino, enviando siempre un mensaje de que “sí se puede viajar con un bebé”, siempre y cuando “lleves un buen seguro de viaje y vayas bien cubierto”.
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