Cuatro años han pasado desde que Tenerife saltó a las portadas de la prensa nacional e internacional, después de que un cliente del hotel H10 Costa Adeje Palace se infectara del “virus chino”, como se conoció inicialmente a la COVID-19. Era el primer contagio en Tenerife y segundo en España tras el positivo de un turista alemán en La Gomera tres semanas antes.
En la noche del 23 de febrero de 2020 se decretó el confinamiento del establecimiento hotelero con 893 huéspedes y una quincena de empleados que trabajaba a esa hora. Una medida que se adoptó antes incluso de que la Organización Mundial de la Salud declarara la epidemia como pandemia.
Un gran despliegue policial blindó el hotel y periodistas de todo el mundo comenzaron a llegar al sur de Tenerife. En el interior del establecimiento empezaba una “batalla continua, minuto a minuto, hora a hora, día a día”, en palabras de una de las empleadas del bar, que destacó “el paso adelante que dimos para salir como fuera de aquella pesadilla”. Otra trabajadora de cocina señaló que en aquel momento “nadie sabía cómo se propagaba ni cómo se producían los contagios”.
Los empleados, además del personal sanitario, jugaron un papel clave y con su profesionalidad lograron no solo mantener la calma en los momentos críticos iniciales, sino que se ganaron la simpatía de los clientes, quienes les transmitían ánimos por los pasillos, en el comedor y en las piscinas del complejo. Ese agradecimiento se expresaba también en forma de notas y hasta dibujos de niños colgados en las paredes.
El número total de afectados por COVID-19 en el hotel fue de siete (seis ciudadanos italianos y una británica), lo que puso de manifiesto el acierto de la estrategia empleada en las dos semanas de aislamiento para contener los contagios del equipo sanitario, formado por 13 médicos, 42 enfermeros y 10 técnicos de gestión logística.
Los profesionales del Servicio Canario de la Salud y del Servicio de Urgencias Canario, que encabezaron el operativo sanitario, destacaron la coordinación, colaboración, el trabajo interdisciplinar y la capacidad de movilización como factores claves en la respuesta a un suceso sin precedentes.
Todos subrayaron el éxito del dispositivo, así como el avance que supuso afrontar la situación de emergencia para establecer líneas de actuación y protocolos ante la inminente pandemia que llegaría días después.
Las primeras salidas de turistas extranjeros comenzaron el día 28, en más de 50 vuelos. Tras finalizar la cuarentena, el 10 de marzo, el último grupo de 274 huéspedes que quedaba alojado en el hotel vio como por fin se abrían las puertas.
Los empleados guardan un imborrable recuerdo del último día. Nada más terminar la cuarentena muchos clientes lo celebraron en el bar lanzando sus mascarillas al aire, justo antes de salir a dar un paseo y aplaudir a los sanitarios y a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado que montaban guardia.