La prensa de Reino Unido hace eco del turismo británico que llega a la isla de Tenerife, el periódico inglés, Daily Mail, destaca en su portada online el reportaje al que titula: Tenerife entra en guerra contra los británicos: Los canarios exigen una tasa turística y medidas drásticas contra las familias que vuelan para “beber cerveza barata, tumbarse al sol y comer hamburguesas y patatas fritas”, mientras los lugareños tachan a Airbnb de “cáncer que consume la isla”.
El pasado mes de marzo, este mismo periódico publicaba sobre “el enfado de los tinerfeños” por la aparición de pintadas por la isla en las que se solicitaba los turistas que “se vayan a casa”, manifestando así un malestar por parte de algunos locales.
En este último reportaje, el medio se enfoca en los turistas británicos que llegan a Tenerife con motivo de las vacaciones de Semana Santa, quienes “se encuentran con pintadas antiturísticas y con una tensa acogida por parte de la población local”, según el Daily Mail.
“Los residentes de las Islas Canarias han declarado la guerra y dicen estar “hartos” de los turistas británicos que solo “beben cerveza barata, se tumban al sol y comen comida de baja calidad”, recoge entre sus declaraciones, donde han entrevistado a trabajadores de la hostelería, residentes canarios y turistas que se encontraban disfrutando de sus vacaciones durante estas fechas.
Todo esto surge ante una oleada de nuevas pintadas contra el turismo que han ido apareciendo cerca de los complejos turísticos, con mensajes como “turistas, iros a casa” y “demasiados guiris”.
La “tensión” aumenta en la isla a medida que más y más gente se suma a las peticiones de restricciones al turismo. Entre las principales queja de los canarios está el encarecimiento del alquiler y la compra de viviendas, ya que “los propietarios siguen alquilando por Airbnbs destinados a los apartamentos turísticos, reduciendo la oferta y haciendo subir los precios”, recoge el reportaje.
Vicky Colomer, pintora local, una de las entrevistadas por el MailOnline, confesaba: “Aquí me siento como una extranjera, ya no me siento cómoda, es como si todo estuviera hecho para los turistas británicos y alemanes que sólo quieren beber cerveza barata, tumbarse al sol y comer hamburguesas y patatas fritas. Necesitamos turistas de más calidad que quieran conocer nuestra cultura y gastronomía y respetar nuestra naturaleza”. Y añadió, “hay cientos de caravanas que aparcan ilegalmente y dejan basura por todas partes”.
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