El 31 de marzo de 2002, la capital se vio asolada por una riada que dejó 232 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas. Tromba que se saldó con ocho personas fallecidas, además de numerosos destrozos en viviendas, locales y mobiliario, siendo el barrio de La Alegría una de las zonas más perjudicadas en aquella histórica jornada.
Han pasado 22 años desde aquella tragedia y el Ayuntamiento capitalino aún continúa en trámites jurídicos sobre las propiedades municipales en estado de ruina tras las intensas lluvias en este barrio.
El concejal de Patrimonio, Javier Rivero, explicó, a raíz de una pregunta del edil socialista Florentino Guzmán en la comisión de control del pasado jueves, que “se ha adjudicado un contrato de depuración jurídica de titularidad de bienes inmuebles municipales, entre los que se encuentran los afectados por la riada, y que sigue en ejecución”. Añadió que es necesario analizar este aspecto, “como paso previo a realizar cualquier actuación sobre los mismos, estando en trámites la citada depuración jurídica”.
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