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Indignación entre los comerciantes de San Andrés por el carril-guagua a las Teresitas

En una encuesta realizada por DIARIO DE AVISOS, los empresarios del pueblo denuncian que la propuesta del Ayuntamiento aumenta las colas, reduce los aparcamientos y ahuyenta a los clientes: “Lo estamos pasando mal”
Indignación en los comerciantes de San Andrés por el carril-guagua a las Teresitas

Por Adrián Galván. En ocasiones, al intentar solucionar un problema, acabamos generando muchos otros. Tocar con la tecla no siempre es fácil, y cuando se insiste repetidamente sin obtener los resultados deseados, resulta importante saber tomar otros caminos. Según los vecinos de San Andrés, esta reflexión parece no ser tan evidente para el Ayuntamiento, en su obstinación con el carril-guagua a Las Teresitas. Lo que en un principio se presentó como una prueba piloto el fin de semana del 21 de junio para aliviar el tránsito desde la Dársena Pesquera hasta la playa, se ha convertido en una medida casi constante de viernes a domingo. Pese a las declaraciones de la concejala de Movilidad, Evelyn Alonso, quien considera que la propuesta está siendo un éxito en cuanto al número de usuarios que apuestan por el transporte público, hasta nueve negocios del pueblo marítimo han denunciado a DIARIO DE AVISOS que se está convirtiendo en “un castigo” para ellos. Afirman que las colas son incluso mayores que antes, además de haber reducido el número de plazas de aparcamientos, lo cual está ahuyentando a los clientes.


El novedoso carril intermitente, delimitado por unos conos desde la Dársena pesquera hasta la altura del Castillo de San Andrés, busca dar solución a los problemas de circulación, especialmente en los meses de verano, cuando el tráfico se convierte en un verdadero calvario para los vecinos y visitantes de las Teresitas. La iniciativa pretende convencer a los usuarios de la playa a utilizar el transporte público para descongestionar el acceso durante los fines de semana. En este sentido, los datos han sido positivos con un incremento del 16% en el número de pasajeros desde que se puso en marcha. Sin embargo, las colas de coches son ahora mucho mayores debido a la reducción de la vía. Además, al llegar a la curva del puente multicolor, los conos desaparecen, obligando a las guaguas a entrar en el tráfico para acceder a la playa. A esto se suma la falta de aparcamientos, un problema que se agrava considerablemente debido a la eliminación de todas las plazas en el acceso reservado para los autobuses.


Óscar Plasencia, junto a sus hermanos, es propietario de varios locales de restauración en la avenida marítima desde hace más de 40 años. Su cabreo al conversar con este diario es notorio. Afirma que “nadie está de acuerdo” y que es “un error garrafal”. “Te acompaño donde tú quieras”, sugiere, “verás que ninguno está de acuerdo”. Así lo hacemos. Óscar se ofrece como guía en el barrio para sondear la opinión de los comercios sobre la propuesta del ayuntamiento. Efectivamente, nadie lo ve con buenos ojos. Todo lo contrario. Callejeando por San Andrés muchos deciden dar la cara y manifestar su indignación. La mayoría, se muestran dispuestos a hablar, ya que, a pesar de ser el comienzo del fin de semana la mayoría de locales están vacíos: “¿Tú ves esto normal un viernes? La gente coge miedo. ¡El fin de semana se está convirtiendo en el peor momento de la semana!”, exclama Óscar.

“Me planteo cerrar los findes”


José Vera, propietario del restaurante La Pandora, sonríe irónicamente al mencionar el carril-guagua. “El último fin de semana fue catastrófico. Este voy a abrir solo porque cuatro familias me lo han pedido. Voy a abrir por ellos. Según cómo se dé yo hasta después de agosto no vuelvo abrir los fines de semana” afirma. Además, cuenta que hace dos domingos se le cayó una mesa de siete personas porque estaban bloqueados en la cola. “Me llamaron diciendo que llevaban un niño y estaban sofocados”, nos relata.


Paseamos por la avenida de San Andrés y nos cruzamos con Isabel Petrona, del bar Titi Burguer. Como sus compañeros, sostiene que “la gente, desde que sabe que eso está ahí, no viene” debido a las colas que se generan. La falta de aparcamientos también le afecta directamente: “El otro día tuve que dar cuatro vueltas para aparcar mi coche”. Para elle está claro: es “la mayor estupidez que han hecho”. En la tasca El Asunto, al igual que en La Pandora, han sufrido anulaciones de clientes que, debido a la falta de aparcamientos tenían que darse la vuelta. “Nos está perjudicando a todos los negocios” confirma su propietario Manolo García, insistiendo en que “en situaciones normales un viernes como hoy esto estaría lleno. Pero está vacío…”.


Los dueños del mítico bar de Los Churritos, a la entrada de San Andrés, coinciden con la reflexión de los demás: “No estás solucionando. Estás empeorando. Ya tenías problemas y ahora tienes aun más”. Efectivamente, las colas en esta zona de Santa Cruz siempre han existido, pero como apunta Óscar, “desde el año 82 se ha formado cola con dos carriles. ¡Imagínate ahora!”. En el restaurante Monte Rey, María del Carmen comenta que la falta de aparcamientos afecta a los repartidores y proveedores, quienes ya llaman porque no encuentran dónde estacionar. Incluso en un local de submarinismo de la avenida, uno de sus trabajos apunta que genera incomodidad.


Desde nuestra llegada, nuestro improvisado acompañante Óscar insiste en ir a ver a Sandra Armeño de la hamburguesería San Andrés quien, al igual que él, está muy cabreada. Al llegar a su local, ella lo dice claramente: “Esto es una aberración”. Sandra recalca que siempre deciden hacer estos cambios en verano, recordando las obras que sufrieron el verano pasado. “¡Hay que trabajar para mejorar el pueblo, no para hundirlo más de lo que ya está!”, concluye.

“Déjennos respirar”


Al igual que Sandra, muchos comerciantes lamentan que todos los veranos haya algo que termine por perturbar. Para José, propietario de La Pandora: “De junio a agosto siempre se nos hace largo. Si no es el COVID, son las obras y ahora esto…”. “Parece que te quieren ahogar para luego darte aire”, completa Óscar.


Como ellos, los vecinos también comparten muchas de estas ideas. Ernesto Llebry y Bea Rodríguez, responsables de la comisión de las fiestas del Carmen, viven en el pueblo. Para Ernesto, a los problemas de tránsito se suman las obras “cada dos por tres”. Además, los dos sienten que “San Andrés siempre está un poco más abandonado” y que “se han hecho cosas pero que no han servido de mucho”.

Piden un verdadero carril-bus


La iniciativa del Ayuntamiento de promover el uso de la guagua es necesaria en unos tiempos donde el futuro de la movilidad metropolitana pasa, sin lugar a duda, por el transporte público. Ernesto y Bea son clientes habituales de Titsa y coinciden en que hay que fomentar su uso. Además, creen que la gente debe abrir su mente a dejar a un lado los coches particulares. Sin embargo, señalan que fuera de las horas puntas, a mediodía las guaguas van vacías. Por lo que plantean, como primera solución, “coordinarse mejor y dejar el carril bus unas horas nada más”.


Entre tanta hastío, casi nadie pone en duda la necesidad de fomentar el uso de la guagua y el transporte público. Sin embargo, todos los entrevistados por este periódico coinciden en que la solución a la congestión del tránsito no puede ser, en ningún caso, eliminar un carril. “Deberían añadir uno más. Ese carril adicional vendría bastante bien”, proponen Ernesto y Bea, añadiendo que “hay espacio”, por ejemplo, quitando el paseo que separa las dos direcciones. La mayoría apoya esta idea, y están de acuerdo en que lo ideal sería un tercer carril que fuera directo a la playa, para evitar así el embudo que se crea al nivel del castillo con la vía única, la rotonda y el semáforo.


Hasta ahora, el Ayuntamiento no ha reflejado todas estas quejas. Las concejalas de Movilidad y distrito Anaga, Evelyn Alonso y Gladis de León aseguran que las pruebas son positivas y que el único problema se produce una vez que el parking de la playa se llena y los usuarios siguen llegando en busca de aparcamiento. Este inconveniente, prometen, se resolverá con la instalación de sensores para indicar si hay plazas disponibles. Así, aunque desde Movilidad anunciaron que no activarán el carril-bus estos próximos días debido a las fiestas en San Andrés, se prevé que los conos naranjas vuelvan a hacer su aparición en agosto. Por lo que los vecinos tendrán que convivir con unas “pruebas” que, si nada cambia, se prolongarán durante todo el verano.

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