La pensión no contributiva de la Seguridad Social experimentará un incremento a partir de enero próximo. A lo largo de 2025, la cuantía de estas pensiones, destinadas a quienes no han alcanzado el mínimo de 15 años de cotización para jubilarse, aumentará hasta los 350 euros anuales.
Para el próximo año, se prevé que el importe mensual de esta prestación alcance los 542,85 euros, lo que equivale a unos 7.600 euros anuales. Este incremento será gradual hasta 2027, cuando se espera que la pensión ascienda a 592 euros mensuales, es decir, 8.250 euros anuales, acercándose así al objetivo del 75% del umbral de pobreza para una persona.
El monto anual de estas pensiones se determina cada año en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Con la prórroga de los presupuestos del año anterior y a la espera de lo que ocurra con los de 2025, el Gobierno ha decidido revalorizar las pensiones no contributivas en un 6,9% en función del IPC para 2024, una medida que también se aplica al Ingreso Mínimo Vital (IMV).
Para acceder a esta pensión, además de no haber cumplido con el periodo de cotización mínimo, es necesario carecer de ingresos o tener ingresos anuales inferiores a 7.250,60 euros. En caso de convivir con familiares, los ingresos anuales totales de todos los miembros de la unidad familiar deben estar por debajo de ciertos umbrales.