Fue la anécdota de la jornada y no pasó inadvertida para el público que esperaba la llegada de Felipe IV a las puertas del Parlamento.
El personal de seguridad de la Casa Real se activó al detectar que una persona se había saltado el cordón de seguridad portando una bolsa. Dos guardaespaldas la pararon de inmediato y comprobaron con sorpresa que se trataba de una vecina que quería tirar su basura en el contenedor y que, a pesar de la presencia del rey, no tenía intenciones de dar un rodeo.