Tenerife tiene unas bellezas naturales que la convierten en una de las islas más visitadas del planeta, con cifras cercanas a los seis millones de turistas cada año. Pero también goza de una larga historia y una amplia cultura, además de un rico patrimonio, en el que destaca, como uno de los tesoros mejor guardados, el enorme patrimonio automovilístico que alberga; se diría que único en España.
La Clásica de Tenerife, prueba de regularidad que organiza el Real Automóvil Club de Tenerife (RACT), tiene entre sus objetivos mantener ese patrimonio, visibilizando cada año – ya estamos en la 23 edición- el museo rodante con el que cuenta la Isla, una mezcla entre amor por la industria automovilística y la competición.
Precisamente, la XXIII Clásica Tenerife hará este año un guiño a pruebas que fueron referencia en los años sesenta en la Isla, aunque todo ello se desvelará el próximo 21 de octubre en la capital tinerfeña, cuando Miguel Hernández Calzadilla, presidente del RACT y Leopoldo Mansito, director técnico de la carrera, den detalles de la misma en una día que también se descubrirá el cartel de la prueba, que suele ser pieza coleccionable para los amantes de los coches.
Lo que ya es oficial es que este año la Clásica Tenerife, después de visitar La Gomera y La Palma en las dos últimas ediciones, se celebrará integramente en nuestra isla los días 1,2 y 3 de noviembre, con etapas que recorrerán el macizo de Anaga, Las Cañadas del Teide o los Acantilados de los Gigantes, con salida y llegada en el parque García Sanabria de la capital tinerfeña.
Hasta ahora casi un centenar de vehículos se han inscritos – tienen plazo hasta el día 25 – , con el doble de participantes, entre los que volverán a estar los madrileños David Liceras y Ainhoa Ayarra, ganadores el año pasado con MG Morgan, un coche cedido por propietarios tinerfeños, como ocurrirá con los equipos venidos de Inglaterra, o los dos que llegarán, por primera vez, de América, en este caso dos parejas argentinas.
Hasta ahora hay inscritas 28 marcas y hasta 75 modelos diferentes, sin contar los tres deportivos más espectaculares de Canarias en la categoría de Tributo.
Las marca Triumph sigue siendo la dominante entre los inscritos, aunque muy seguida de Mercedes y Jaguar, siendo una novedad este año la inclusión de los BMW 02 y algún Peugeot, quienes pujarán con las monturas inglesas, las más tradicionales en la Clásica Tenerife.
Durante tres días en las carreteras tinerfeñas se podrán observar un centenar de históricas monturas del automovilismo canario, con coches fabricados desde 1935 hasta 1973 que participaron en un rally de regularidad y turismo, acompañados por otros más modernos dentro de la especialidad de Tributo, que lucieron todo su esplendor por las carreteras del norte y oeste de la isla de Tenerife, tras la salida el viernes 1 de noviembre desde el parque García Sanabria de la capital tinerfeña, donde también será la llegada del domingo y la posterior entrega de trofeos.
Además, este año, los propietarios de estos coches históricos, están de enhorabuena, con la aprobación reciente por el Consejo de Ministros del nuevo reglamento que entre otras consideraciones permite a estos vehículos circular durante 96 días al año, básicamente todos los fines de semana del año, según recordó Raúl Aranda, presidente de la FEVA (Federación Española de Vehículos Antiguos), quien este año no podrá estar en la XXIII Clásica Tenerife, como sí hizo el año pasado.