Tras casi veinte años del inicio de un proyecto pionero de conservación en el Parque Nacional de Teide, que ha consistido en el vallado de varias zonas para regenerar la población de la retama, un grupo de operarios ha comenzado este lunes a retirar las protecciones que han permitido el nacimiento de miles de especímenes de este arbusto endémico de Tenerife y La Palma.
La iniciativa comenzó en 2007 tras el impacto de un incendio de grandes dimensiones y ante las dificultades que los expertos observaban para que esta especie consiguiera reproducirse por sí sola ante el aumento de las temperaturas asociadas al cambio climático, pero, sobre todo, por el efecto negativo que tiene la presencia de herbívoros introducidos como el conejo.
Así lo ha indicado el director de conservación del Parque Nacional del Teide, Manuel Durbán, quien ha destacado que las retamas, al “estar protegidas de la herbivoría”, han conseguido “recuperarse plenamente” y “alcanzar un tamaño que les permita soportar el ramoneo del conejo”.
Por eso han comenzado a eliminar los vallados de regeneración en tres hectáreas porque “el objetivo ya se ha conseguido”.
“Los conejos tienen especial predilección por los brotes de las retamas cuando germinan las semillas. En muchos sitios donde no han sido afectadas por incendios, al final se comprueba que no hay regeneración. Los ejemplares adultos resisten, pero no nacen nuevos. Por eso estamos trabajando en varias zonas con vallados temporales”, ha explicado Durbán.
El objetivo final, ha continuado, es que el retamar de cumbre siga siendo el ecosistema principal del parque, una labor que cada vez se complica más porque al “efecto del conejo se une el cambio climático” con la disminución de precipitaciones, pero también por la falta de nieve, que le viene muy bien a este arbusto de alta montaña. Pero “cada vez nieva en menos ocasiones y con menor cantidad”.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en la otra cara del parque, en la sur-suroeste, ya que en esa zona las condiciones de incremento de temperatura y falta de lluvias son más acuciantes y, a pesar de intentar medidas similares, no han tenido éxito a la hora de regenerar el retamar.
La consejera de Medio Natural y Sostenibilidad del Cabildo de Tenerife, Blanca Pérez, ha defendido el éxito que han tenido estos vallados temporales tras la oleada de críticas en redes sociales por la construcción de los mismos hace unos meses, que varias cuentas vincularon a proyectos urbanísticos.
“Después del reciente incendio (que afectó a Tenerife en agosto de 2023) hemos puesto nuevas vallas. Las mismas que tan conflictivas han sido, pero que son la única manera de que recuperemos el hábitat del retamar, ayudándole un poco, para luego quitarlas como estamos haciendo ahora”, ha indicado Pérez.