El hombre que llevó a Jay Slater de vuelta a su Airbnb ha hablado para negar su implicación en la trágica muerte del adolescente en Tenerife, según adelanta Daily Mirror.
Ayub Qassim invitó a Jay, de 19 años, a su Airbnb alquilado en Masca después de que el adolescente hubiera estado de fiesta en la última noche del festival NRG, en Playa de las Américas.
Qassim, de 31 años, fue una de las últimas personas en ver a Jay después de llevarlo de vuelta a su Airbnb con otro amigo, conocido como «Rocky», en la madrugada del 17 de junio.
Jay Slater, de Oswaldtwistle (Lancashire), desapareció poco después de abandonar el Airbnb y su cuerpo fue hallado un mes más tarde en la zona montañosa, tras 29 días de búsqueda que se vieron truncados por disparatadas teorías conspirativas.
La autopsia determinó que Jay murió a causa de lesiones traumáticas en la cabeza, compatibles con una caída desde altura. Su muerte habría sido instantánea.
Qassim ha concedido ahora una larga entrevista de dos horas, en la que detalla sus últimos momentos con Jay y niega cualquier implicación en su muerte.
Hablando en el podcast The Central Club, Qassim dijo sentir “haber sido sospechoso” negando cualquier tipo de implicación en los hechos.
Al compartir su historia con el presentador del podcast, al que conoció en la cárcel, Qassim reveló que se siente “culpable de haber sobrevivido”»”, pero también “molesto” por haberse ofrecido a llevar a Jay a casa y haber sentido un “te lo dije” cuando desapareció.
Qassim afirma que él, Rocky y Jay fueron a comer un kebab al Strip antes de volver en coche al Airbnb, donde llegaron sobre las 6.30-6.45 de la mañana.
Afirma que luego le dio a Jay un cargador de teléfono, una manta, una toalla y algunos cigarrillos antes de subir a la cama, mientras que Jay se fue a dormir al sofá y Rocky se fue directamente a la cama.
Qassim dice que desde entonces le han dicho que Jay estaba enviando mensajes de texto a sus amigos con la preocupación de estar de vuelta en el Airbnb.
Más tarde, Jay Slater abandonaría la casa, pero, al no pasar ninguna guagua, “comenzó a caminar”.