Numerosos turistas y vecinos del Puerto de la Cruz contemplaron ayer una estampa nada habitual, por no decir inédita, en la costa del municipio norteño. En medio de un mar encrespado, un windsurfista, con una tabla y vela muy singulares (tipo ala delta), trataba de mantener el equilibrio mientras cabalgaba el oleaje.
La aventura del atrevido deportista, que por momentos pasaba más tiempo en el agua que sobre la tabla, acaparó las miradas de los viandantes que, finalmente, celebraron su retorno a tierra.