La restricción del agua del grifo para beber y cocinar, en menores de ocho años, que afecta desde el pasado mes de octubre a los barrios de La Gallega, Llano del Moro y El Sobradillo, en el distrito Suroeste de Santa Cruz, se levantará a finales de febrero, según anunció ayer el concejal de Servicios Públicos, Carlos Tarife, tras una pregunta formulada en comisión de control por el grupo Vox.
Esta restricción, que se llevó a cabo tras las analíticas realizadas por la Empresa Mixta de Aguas (Emmasa), en las que se detectó un alto contenido en flúor en el agua que llegaba desde el norte de la isla a través del Canal Trasvase Los Dornajos-Baldíos, ha afectado a 19.000 personas de la zona, que a partir del próximo mes podrán volver a consumir agua potable.
Tarife explicó que “la obra de canalización de abastecimiento de agua desalada para el Suroeste acabará a principios de febrero, por lo que se mezclará con la de los depósitos que hará que el flúor baje. La previsión es que, tras los análisis que realice Sanidad, a finales de ese mes, los resultados ya sean positivos para que se pueda consumir el agua con calidad”.
Vertido Cero
Por otra parte, el proyecto del Plan de Vertido Cero en el Suroeste, ejecutado por Emmasa, avanza a buen ritmo. La obra, con un presupuesto de 4,9 millones, tiene como objetivo mejorar el saneamiento y tratamiento de las aguas residuales en la zona. Estos trabajos, unidos a las que se vienen desarrollando en Taganana y San Andrés, y a la ampliación de la depuradora, suponen un impulso necesario para la recuperación del litoral.