La gigantesca política de recortes anunciada por el, de nuevo, presidente Donald Trump y su estrechísimo colaborador y multimillonario Elon Musk no sólo afecta a miles y miles de puestos de trabajo en los Estados Unidos de América, sino que también dejará sin empleo a muchísima gente en otras partes del planeta como, sin ir más lejos, Canarias. En realidad, sus repercusiones son aún más graves porque también serán víctimas millones de seres humanos a los que se destina en la actualidad ayuda humanitaria de todo tipo.
Esto se debe a que uno de los principales objetivos de esa política de recortes es la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), desde donde esta misma semana se ha anunciado la suspensión de las contrataciones de trabajadores considerados como no esenciales, tanto en las oficinas nacionales como en delegaciones en el extranjero.
Esta suspensión será automática a partir de hoy, día en que “todo el personal contratado directamente por Usaid será puesto en licencia administrativa en todo el mundo, con la excepción del designado responsable de funciones críticas para la misión, el liderazgo central y los programas especialmente designados”, según informó la institución en un comunicado. Además, aquellos que seguirán trabajando para la Usaid fueron notificados ayer mientras que, para el personal no esencial asignado en el extranjero, la agencia prepara un plan que «organizaría y pagaría el viaje de regreso a los Estados Unidos dentro de los próximos 30 días”.
Incluso, Musk -también propietario de la red social Twitter, ahora llamada X- ha descrito reiteradamente a la Usaid como una “organización criminal”, por lo que hay sospechas más que fundadas de que Trump podría cerrar esta agencia independiente del Gobierno, fundada en 1963, con cerca de 10.000 empleados y un presupuesto anual de 50.000 millones de dólares.
Logístico
La alarma respecto a cómo puede afectar esto a la base humanitaria existente desde 2012 en Gran Canaria fue adelantada ayer por el periódico digital Vozpopuli, que recordó que la Usaid tiene en el puerto de La Luz la base de cooperación norteamericana para paliar el hambre en África occidental y Sahel, sede que representa el mayor movilizador logístico desde hace 13 años.
“La distribución alimentaria, además de tirar de empresas locales, genera estabilidad en las zonas, como asistencia en efectivo a 65.000 refugiados que padecen inseguridad alimentaria, así como alimentos nutritivos especializados a 4.000 niños desnutridos menores de 5 años y a 350 mujeres embarazadas y lactantes que sufren desnutrición aguda moderada. Las Palmas como puerto era clave para Usaid por la presencia de garantías sanitarias y su ubicación próxima a los lugares con mayores problemas de hambre en el mundo”, recalcó este digital ayer.
El PMA
Usaid licita sus servicios a contratistas norteamericanos y realiza esta operativa a través del Programa Mundial de Alimentos (WFP en sus siglas en inglés) de la ONU por cuestiones de imagen y mecánica burocrática, dado que algunos de esos servicios alimentarios los contrata FAO, la agencia de alerta nutricional de la ONU con sede en Roma, o la OMS cuando han existido problemas epidémicos en África, como cuando la covid-19.
En Mauritania, primer lugar de origen de los cayucos a Canarias, el PMA brinda asistencia de Usaid en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Comisión de Seguridad Alimentaria (CSA) y el proveedor de servicios financieros El Amana Bank (BEA). En 2023, gracias a las contribuciones donantes, el PMA llegó a 83.400 refugiados con distribuciones mensuales de efectivo en el campamento.
El PMA también proporcionó asistencia alimentaria en especie a 65.200 refugiados más vulnerables. En ese entorno, hay un total de 140.000 refugiados malienses, primera nacionalidad en el ránking de llegadas de cayucos a Canarias. En Senegal, un proyecto de 350 millones de dólares para dar luz aldeas ha muerto desde la toma de posesión de Trump.
Medalla de Oro
Lo cierto es que, como recuerda Voxpopuli, la base del Programa Mundial de Alimentos en Gran Canaria instalada en el puerto de Las Palmas ya atesora un notable historial de servicios desde que comenzaron sus trabajos allá por 2012. Pese a que a través de la misma operan diversas agencias internacionales de cooperación, la implicación plena de Usaid ya fue reconocida en 2015 en la Zona Franca de Gran Canaria por parte del entonces embajador norteamericano, James Costos, y da cuenta de lo relevante de su aportación el hecho de que, en agradecimiento, el Gobierno autonómico condecoró a Costos con la Medalla de Oro de Canarias, el reconocimiento oficial isleño.
No en balde, desde 2012, el PMA ha gestionado 635.000 toneladas de alimentos y materiales en 32.000 contenedores, y la base de Las Palmas se ha convertido en un importante proveedor internacional de alimentos para los países de la costa noroeste de África (como Mauritania, Sierra Leona, Guinea Bissau, Guinea y Benin), representando una opción para el preposicionamiento de alimentos para América Latina y el Caribe, y abasteciendo también a países como Cuba y Honduras.