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Rafael Lesmes, ganador del Dakar con el Camión Rosa: “Nuestro objetivo es visibilizar el cáncer de mama en mujeres y en hombres”

El piloto grancanario habló en Atlántico Interviú sobre su trayectoria y su compromiso con la lucha contra la enfermedad a través de la Fundación Canaria Carrera por la Vida
Rafael Lesmes, ganador del Dakar con el Camión Rosa
Rafael Lesmes, ganador del Dakar con el Camión Rosa. DA

Por Berto Mata.| El piloto grancanario, vencedor del Rally Dakar en la categoría de camiones, habló en Atlántico Interviú sobre su trayectoria y su compromiso con la lucha contra el cáncer de mama a través de la Fundación Canaria Carrera por la Vida. Lesmes ha participado en tres ediciones del Dakar con el color rosa como estandarte, en honor a esta causa.

-¿Cuál fue la motivación principal para participar en el Dakar con el ‘Elefante Rosa’?
“Sin duda, nuestro principal objetivo es dar visibilidad al cáncer de mama. Aunque afecta en menor medida a los hombres, ellos también lo padecen. Esta realidad nos ha impulsado, junto a la Fundación Canaria Carrera por la Vida, a dar un paso más en la lucha contra la enfermedad”.

-¿Cómo es la experiencia en el Dakar? ¿Qué se siente al subir al buggy o al camión?
“Es una sensación de vértigo constante. La carrera es muy larga, dura y exigente. Son 15 días de competición; no hay otra prueba que dure más de una semana, por lo que esta prácticamente duplica a la siguiente en duración. Recorrimos casi 8.000 kilómetros, de los cuales entre 4.000 y 5.000 son tramos de sector selectivo, es decir, en plena competencia. Para ponerlo en perspectiva, es como hacer un Cádiz-Barcelona cada día, casi 900 kilómetros, pero por terrenos similares a los barrancos de nuestras islas”.

-¿Cómo se prepara Rafael Lesmes y su equipo para esta aventura?
“Nos preparamos constantemente a nivel físico. Hago mucho ciclismo y trabajo el fortalecimiento muscular, especialmente en brazos, cuello y lumbares, que son las zonas que más sufren. Además, entrenamos mentalmente con terapias para mantener la calma en situaciones de crisis, porque en esta carrera es inevitable enfrentarlas. El Dakar te lleva más allá de tu propio límite mental”.

-¿Es cierto que existen ilusiones ópticas en el desierto?
“Sí, y de hecho, muchas veces los accidentes se deben a esto. En el desierto, cuando el sol está en su punto más alto, no hay sombras ni referencias de volumen, por lo que todo parece una superficie plana. Esto provoca que los pilotos caigan en trampas naturales como agujeros o las llamadas ‘ollas’, que pueden ser realmente peligrosas”.

-¿Cómo surgió la idea de pintar un buggy de rosa para dar visibilidad al cáncer de mama en hombres y mujeres?
“Dos años antes, vi una imagen en el calendario Dakar por la Vida: tres hombres con el torso descubierto y cicatrices de operaciones por cáncer de mama. Me impactó profundamente porque desconocía que los hombres también podían padecer esta enfermedad. Cuando pregunté a Brigitte, la responsable de la asociación, me explicó que el diagnóstico en hombres suele ser tardío debido a la falta de información, lo que muchas veces conlleva metástasis. Esa imagen se quedó grabada en mi mente y decidí llevar el mensaje al Dakar para generar conciencia”.

-¿De dónde surge el nombre de ‘Elefante Rosa’?
“Cuando fui a Burgos, donde se encuentra el equipo TH con el que compito, vi un camión en el hangar y recordé mi deseo de correr en camiones. Sin embargo, no tenía el carné necesario. Me llamaron loco, pero me saqué el carné, acondicioné el camión con mis propios medios y me lancé a la aventura con mi equipo”.

-Después de ganar dos ediciones del Dakar consecutivas por esta causa, ¿ha valido la pena?
“Sin duda, ha valido muchísimo la pena. Todo ha sucedido de manera natural, paso a paso. La mayor recompensa ha sido difundir el mensaje y llevar esperanza, ilusión y alegría a pacientes de cáncer de mama, tanto terminales como no terminales, que han hecho de este proyecto y de mis logros, los suyos”.

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