El Monumento a Franco fue vinculado a la victoria del dictador desde su inauguración

“Tenerife recordará con este monumento a las generaciones futuras que fue aquí, desde esta ciudad, donde se inició la reconquista de la patria para la paz, la libertad y el orden”.

Estas palabras fueron pronunciadas en la capital tinerfeña por el entonces ministro de Comercio del Gobierno de España, Faustino García-Moncó Fernández, en la inauguración, el 16 de marzo de 1966, del Monumento a Franco -o, si se prefiere, Monumento a Su Excelencia el Jefe del Estado-, obra de Juan de Ávalos, según recogieron la prensa regional y nacional, incluyendo DIARIO DE AVISOS, al día siguiente.

Han pasado 59 años del discurso de Faustino García-Moncó. Ahora, cuando está en marcha el polémico proceso para dilucidar si se declara o no Bien de Interés Cultural (BIC) el conjunto escultórico ubicado en la confluencia de la Avenida de Anaga y la Rambla de Santa Cruz [entonces Rambla del General Franco], en función de sus -bastante cuestionados- valores artísticos, resulta especialmente oportuno recordar una parte de la soflama que pronunció aquella mañana el ministro.

“CAPITÁN INTRÉPIDO”

Sobre todo, por lo que tiene que ver con la estrecha vinculación simbólica del monumento con el fallido golpe de Estado contra la Segunda República española, con la Guerra Civil y con la dictadura. Y, más aún, con la identificación directa de una de las figuras con el propio dictador.

“Todo el contenido histórico está admirablemente reflejado -afirmó aquella mañana el ministro ante más de 90.000 personas- en el hábil y artístico cincel del escultor Juan de Ávalos en este monumento: Franco, el capitán intrépido, símbolo de dirección y jefatura; su espada en forma de cruz, porque cruzada en defensa de los altos valores de la patria era lo que iba a emprender; el avión que le lleva de Canarias [en alusión al Dragon Rapide], simbolizado por un arcángel, porque sus alas mecánicas fueron aquel día providenciales. Finalmente, el azur, recordatorio de los héroes que en marcha incontenible se pusieron a las órdenes del capitán valeroso”.

Durante el acto, el responsable de la cartera de Comercio “pulsó el botón de funcionamiento de los sistemas de luz y agua” del monumento “erigido por suscripción popular entre los tinerfeños para conmemorar la salida del generalísimo, entonces capitán general de Canarias, para acaudillar el Movimiento Nacional”.

En la jornada -el día había sido declarado festivo- actuaron los coros y danzas de la Sección Femenina, hubo una ofrenda floral y García-Moncó depositó ante el monumento, bendecido por el obispo de la Diócesis de Tenerife, Luis Franco Cascón, un ramo de olivo, como símbolo de la paz; el capitán general de Canarias, José Héctor Vázquez, uno de roble, símbolo de la fortaleza, y el gobernador civil, Juan Pablos Abril, uno de laurel, símbolo de la victoria.
Entre tanto simbolismo, exaltación e invocación a la posteridad propios del espíritu nacional, García-Moncó tuvo tiempo de echar la mirada atrás, a 1939, el año de la victoria de los sublevados y el comienzo de la dictadura, tomando como pie para su argumentación -en un ejercicio muy imaginativo, sin duda- “dos acontecimientos de trascendencia económica y espiritual” que se estaban celebrando en esos días de 1966 en Canarias: la Feria del Atlántico, en Las Palmas de Gran Canaria, y el I Congreso Hispano-Africano de Cooperación y Comercio, en Tenerife.

“Tienen lugar en estas islas -aseveró- porque hace 27 años supimos poner punto final a un proceso crítico que, iniciado en la desilusión y escepticismo por pasadas derrotas, llegó a ponernos a nivel de nuestra total destrucción”. “En todo ello -agregó quien durante la Guerra Civil combatió en el bando nacional como alférez provisional de los Tercios de Requetés, entre otras responsabilidades- se manifestó la pericia del capitán que gobierna el timón de la nave, y es justo homenaje a este capitán el que vosotros habéis ofrecido con este monumento, por lo que os felicito sinceramente”.

VALORES ARTÍSTICOS

El propietario del Monumento a Franco, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, gobernado por CC y PP, defiende los valores artísticos del conjunto creado por Juan de Ávalos, artífice también de las esculturas del Valle de los Caídos, para sustentar su declaración como BIC. Un expediente que instruye el Cabildo de Tenerife (CC-PP) y sobre el que en todo caso debe tomar una decisión el Gobierno de Canarias (CC-PP-AHI).
Todo ello, en medio de informes de entidades culturales públicas y privadas que avalan ese supuesto interés artístico o lo rechazan, una Ley de Memoria Democrática que entró en vigor en octubre de 2022, en sustitución de la Ley de Memoria Histórica de España, de diciembre de 2007, y una enorme polémica. Además de alegaciones y críticas contrarias al BIC formuladas por el Gobierno de España (PSOE-Sumar) y formaciones como el PSOE tinerfeño, Podemos, Sí se Puede e Izquierda Unida Canaria, o colectivos tan relevantes como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que preside Emilio Silva, y la de Tenerife, con Mercedes Pérez Schwartz al frente.

“Un monumento como ese celebra el sufrimiento de cientos de miles de personas y enaltece al responsable de terribles violaciones de derechos humanos que convirtió la violencia de los pistoleros falangistas en el mayor acto terrorista de nuestra historia”, argumentaba la pasada semana Emilio Silva. “Nadie aceptaría la existencia de un monumento que celebre un atentado terrorista y tampoco es aceptable esa escultura que exalta la violencia y el fascismo”.

OPINIONES

En este punto del debate, DIARIO DE AVISOS quiso conocer la opinión de entidades y personalidades vinculadas al mundo cultural -al artístico, de forma más concreta- acerca de la protección como BIC del monumento, su resignificación o, directamente, su retirada. Desde la presidencia de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (Racba), que elaboró un informe favorable a su conservación, declinaron hacer declaraciones.

“Estoy a favor de que se retire”, asevera Celestino Celso Hernández, director del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl de Puerto de la Cruz, historiador del arte y comisario de exposiciones. “¿Dónde está la polémica que ha añadido más complicación a un asunto que ya de por sí la tenía? En la parte meramente escultórica -afirma-, en esa figura humana alzada sobre otra alada que da la impresión de que va a emprender el vuelo. Cuando hablamos del monumento, nos referimos a todo el conjunto, también a la pileta, al fondo amurallado, a los escudos…”. “A mi entender -añade-, la escultura en sí debe separarse del conjunto y llevarla a otro lugar, un museo militar o histórico, y contextualizarla allí debidamente, y el resto debe ser retirado. Todo lo demás sería romper con la memoria democrática, con lo que hemos dispuesto entre todos como sociedad: no exaltar la dictadura franquista”.

LA CARGA SIMBÓLICA

“El carácter simbólico de la obra me impide apreciar sus valores artísticos”, expone el fotógrafo y arquitecto Carlos A. Schwartz. “Y también esa carga simbólica es tan considerable que me parece que no tiene sentido calificarla de BIC. No hay país del mundo democrático que ensalce la figura de un dictador. No se puede conmemorar a alguien que rompió un sistema democrático: eso es una agresión a la dignidad de una sociedad libre”, sostiene Schwartz.

“Domingo Pérez Minik, que sufrió la dictadura, al aludir a Santa Cruz dice algo que nunca olvido: ‘Esta ciudad con el alma tan despolitizada’. El debate se tenía que haber producido hace mucho tiempo y ese monumento no debería seguir ahí. No es resignificable. Y suponiendo que decidan llevárselo a otro lugar, el ensalzamiento a Franco que representa debe contrarrestarse con información veraz y clara: se hizo durante el gobierno de un dictador que cometió un golpe de Estado y otras muchas cosas de las que a veces parece que nos olvidamos”.

TAPAS DE ALCANTARILLA

“Me gustaría que quedara meridianamente claro que es diferente exponer la posición del Ateneo como institución y expresar la mía en particular”, señala Claudio Marrero, presidente del Ateneo de La Laguna. “La postura del Ateneo -precisa- es la retirada inmediata del monumento del espacio público y que se cumpla la Ley de Memoria Democrática. Ese amparo, ese paraguas, de declararlo BIC en función de sus valores artísticos nos parece completamente absurdo. Aquí se cumple la ley y ya está. A nadie en Alemania se le ocurre ponerse la indumentaria de las SS y argumentar que fue diseñada por Hugo Boss y posee un gran nivel de diseño”.

“Y por otro lado, está mi opinión, que puede parecer muy radical, pero, en ese sentido, soy el más conservador de los conservadores. Hacemos lo que se ha hecho en absolutamente todas las culturas, lo que hicieron los gobernantes que llegaron con las obras que ensalzaban a los que se fueron: destruimos el conjunto escultórico. Y como ya queda desfasado hacer balas de cañón, aprovechamos el bronce para hacer tapas de alcantarilla”.

Esa es mi opinión, insisto, no la del Ateneo de La Laguna”, puntualiza Marrero. “Lo que es alucinante es que nos la cojamos con papel de fumar acerca de una cuestión tan demencial: mantener en el espacio público, en contra de la ley, una cosa que exalta el franquismo y el genocidio”. “Y en cuanto a la resignificación -apostilla-, creo que sería hacerle el juego a la ultraderecha. ¿Qué me está diciendo? ¿Que yo pongo un cartelito y al hacerlo ese monumento se convierte en otra cosa? ¿Y ahora todo el mundo va a leer el cartelito? ¿Y no es posible que un día alguien decida quitar el cartelito y no pase nada? No, a esa opción no le veo salida”.

PRESERVACIÓN

“En mayo de 2018 elaboramos un informe, sobre el que ahora nos hemos ratificado. En él consideramos que el conjunto escultórico de Juan de Ávalos reúne una serie de valores artísticos que deben ser preservados”, indica Francisco José Cedrés Peña, secretario de la Fundación Cicop (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio).
“Ahí formulamos diversas recomendaciones, como la realización de un estudio de rehabilitación del espacio, incluso transformándolo en un museo de sitio y abordando su resignificación para exponer el contexto y las circunstancias en los que surge, aspectos que contempla la Ley de Memoria Democrática”, añade. “De la misma forma que hablamos del propio monumento -apostilla-, no olvidemos que su financiación fue a través de una colecta popular, y su emplazamiento: un lugar que tiene un significado entre la población que va más allá de la carga ideológica de su origen. Todo esto, al margen de los aspectos políticos que se quieran aplicar. Desde el punto de vista de los valores puramente artísticos, las conclusiones de nuestro informe señalan que tiene los suficientes valores artísticos como para ser preservado”.

INTERPRETACIÓN

José Valladares, presidente del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, subraya que para la entidad “no ha lugar a la declaración BIC, porque el monumento ensalza a Franco, no hay otra interpretación posible, y pedimos que se cumpla la ley”.

“No tiene interés artístico”, argumenta. “En su tiempo ya era una intervención anacrónica; el arte transitaba en los años 60 por lugares que nada tienen que ver con esa obra”. “Además, es un encargo político con fines propagandistas sin un elemento fundamental en las obras de arte: la libertad del artista. Es un encargo, como el que nos hacen las empresas a los diseñadores: los llevamos a cabo, pero nada tienen que ver con nosotros”, señala.

Del mismo modo, Valladares rechaza cualquier posible resignificación. “Lo entiendo, por ejemplo, en el Valle de los Caídos, porque se convertirá en un gran centro en el que, entre otras cuestiones, se hable de la represión franquista, pero aquí no”.

“En este tema coincidimos plenamente con la Universidad de La Laguna. Pedimos que se cumpla la ley, porque no tenemos ninguna duda de que ese monumento fue concebido para conmemorar el comienzo de la Guerra Civil”, concluye.