Natanael Ramos (La Orotava, 1988) se ha hecho como músico entre Tenerife, el País Vasco y Países Bajos. Ha recibido formación de un buen número de grandes maestros del jazz y, como compositor y arreglista, obtuvo el primer premio del Certamen Nacional de Composición y Arreglos de Big Band, convocado por la SGAE. Hace años, fundó la orquesta Atlantic Jazz Lab, pero ahora, en su condición de director artístico, cree que ha llegado el momento de presentar su proyecto profesional más importante, apoyado en tres ejes: giras, la formación de jóvenes músicos bajo el sello The Jazz Influencers y un compromiso social. Ahoa están de gira por El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria y Málaga con un programa homenaje a Duke Ellington.
¿Cómo se gana la vida un trompetista de ‘jazz’ desde un lugar como La Orotava?
“Se hace con mucha pasión y dedicación. Me gusta pensar que cualquier cosa a la que uno se quiera dedicar, en este caso, la música, no es muy diferente respecto a otras profesiones. No hago nada que sea extraordinario: me levanto por la mañana y trabajo en mis proyectos para sacarlos adelante, con mucha pasión y entrega, eso sí, que es lo que yo he vivido desde pequeñito, con mis padres y abuelos”.
-Las giras de la Atlantic Jazz Lab Orchestra siempre llenan los aforos. ¿Cuál es la fórmula?
“Mi niño interior cree que la fórmula es agitar la varita, cerrar fuerte los ojos y esperar que todo salga bien [hay risas]. No creo que exista un truco que nos permita llenar con cada programa musical y las giras que hacemos. El denominador común es el respeto: respeto a uno mismo, a sus valores, a una forma de ver las cosas, y luego ser leal a ellos. Respeto a la música. No es simplemente interpretar unas notas musicales que están juntas, que aportan una melodía y ya está. La música tiene un mensaje. Por ejemplo, el jazz tiene muchos mensajes sobre derechos sociales y libertades. Esta palabra, libertad, es la que mejor lo define. Tenemos que pensar que es un género musical que nace de la esclavitud para canalizar las libertades de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos. Sus raíces están ahí. Después, hay que sumar el respeto al público. Nos comunicamos activamente con ellos tras diseñar programas con los que se entiende mejor este género musical, no simplemente para demostrar cuánto sabemos más que ellos. En Canarias, no existe esa academización o institucionalización de la música. Nosotros hemos nacido para cubrir ese vacío”.
En esta gira, ‘#CANARYISLANDSJAZZWEEK’, homenajean a Duke Ellington, ¿por qué?
“La actual gira, titulada A Duke Ellington Mood, hace un juego de palabras con títulos, algo que a mí me gusta mucho, por el 125º aniversario del nacimiento de ese músico estadounidense. Ellington es una de las figuras más importantes del jazz, el que eleva los sonidos de Nueva Orleans a otro nivel de sofisticación. Es el auténtico sonido de la música americana y de la música del siglo XX, inspirada por Bernstein y Stravinski”.
-¿Con qué nos van a sorprender en invierno?
“Estamos preparando una temporada 2025-2026 bastante ambiciosa, de la que iremos desvelando aspectos en nuestras redes sociales y la web. Tendremos una gira a finales de año alrededor del maestro Glenn Miller, que es otra de las, digamos, grandes figuras del swing. En el periodo prenavideño, va a animar mucho en todas las islas”.
-Una de sus obsesiones es sembrar o contribuir a sacar nuevos talentos en las Islas, hasta el punto de lanzar su proyecto The Jazz Influencers. ¿En qué consiste exactamente? ¿A qué edades está destinado y cómo y dónde podrán apuntarse los interesados?
“Sí, exactamente. Nuestro proyecto va más allá de lo artístico. No solo somos una orquesta de jazz que da conciertos, la aplauden y se va a casa. Para mí es muy importante que los proyectos dejen un poso y generen oportunidades. Lo llevo haciendo desde el principio de este proyecto, que ya cumple nueve años. Ahora, queremos encontrar los próximos jazz influencers, esos chicos y chicas que en la actualidad están estudiando en escuelas de música, en bandas, en academias, y no tienen formación específica en ese género musical. Les vamos a brindar esa oportunidad. Va a ser una formación muy completa, con lecciones de música y con el cuidado de la nutrición y la condición física, con profesionales de cada área. También se va a trabajar en el plano de las emociones y la psicología… Que entiendan la música como algo completo. Queremos dar la oportunidad a muchos chicos y chicas de todas las islas. Es muy importante democratizar el acceso a la cultura, para que el jazz no solo sea accesible a quienes viven en las capitales de las islas mayores. Para nosotros, ofrecer por igual este proyecto a un niño de Tenerife y a una niña de El Hierro es tremendamente importante”.
-Su compromiso social lo lleva a ofrecer la música de ‘jazz’ en cualquier rincón de Canarias. ¿Qué nos va a presentar en este ámbito?
“Esta música es social; es un género que ha reflejado siempre la evolución de la sociedad y sus problemas: culturales, sociales y emocionales. Los músicos de hoy en día tenemos el deber de devolver esta música a la sociedad. Tenemos una enorme vocación social y, como tal, entendemos que el jazz deben disfrutarlo todos los colectivos, vivan en una capital o en un municipio remoto, sean mayores o escolares. Nuestro proyecto cultural es de enorme importancia, desde el punto de vista de la cohesión territorial y cultural de toda Canarias”.
“-¿Cómo logrará financiar todos esos proyectos?
“Ahora mismo, estamos con un modelo de financiación mixta poco frecuente en las Islas. El Atlantic Jazz Lab se financia al cincuenta por ciento con recursos propios y la otra mitad con aportaciones públicas, fundamentalmente del Gobierno de Canarias, a través del Instituto Canario de Desarrollo Cultural y de Turismo de Islas Canarias. Creo en el modelo de financiación mixta para los proyectos culturales. Tenemos que ser capaces de generar recursos propios y de comprometer a otras entidades privadas a que se sumen, que entiendan el valor intrínseco de estos proyectos. Nosotros somos un ejemplo de cómo el Régimen Económico y Fiscal de Canarias favorece la inversión en proyectos con esta dimensión artística, social y educativa”.