El Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Canarias ofrece a una quincena de pacientes la posibilidad de realizar el tratamiento de hemodiálisis en sus domicilios.
Esta técnica en su casa permite al paciente con enfermedad renal crónica (ERC) una mayor independencia y autonomía y los resultados obtenidos han sido muy satisfactorios en el tratamiento de esta patología. Esta modalidad se suma a todas las alternativas de terapia renal sustitutiva conocidas como son el trasplante renal de donante vivo y fallecido, la hemodiálisis en centro y la diálisis peritoneal, que también es una técnica de diálisis muy cómoda que se realiza en el domicilio del paciente.
La hemodiálisis es un tratamiento que sustituye la función de los riñones dañados, eliminando los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Generalmente, se inicia cuando la función renal cae por debajo del 10-15% o en casos de insuficiencia renal aguda.
La hemodiálisis domiciliaria, que lleva a cabo un equipo compuesto por nefrólogos, enfermería especializada y auxiliares de enfermería, constituye una nueva opción de terapia sustitutiva renal para los pacientes de Nefrología, permitiendo que pueda dializarse en su domicilio en vez de acudir al hospital o centro de diálisis.
Esta técnica permite conciliar la vida personal y laboral así como ahorrar tiempo en transporte y en estancias hospitalarias. El paciente puede elegir el horario en el que realiza las sesiones, así como los días de descanso. Además se realiza con equipos portátiles.
El paciente que puede beneficiarse de esta técnica, cumpliendo una serie de requisitos, inicia un periodo de formación llevado a cabo por profesionales especializados que preparan al paciente y/o al familiar para realizar la técnica en el domicilio. El equipo médico y de enfermería es el responsable de la prescripción y cuenta con herramientas para el seguimiento del paciente de forma telemática. El Hospital Universitario de Canarias y el Hospital Insular de Gran Canaria son los únicos que ofrecen actualmente este servicio.
La nefróloga responsable de la Unidad de Hemodiálisis Domiciliaria del HUC, Arminda Fariña Hernández, recuerda que este programa de hemodiálisis domiciliaria comenzó en 2020 de la mano de la doctora Margarita Rufino, y ha atendido a 17 pacientes. “Actualmente contamos con 11 pacientes en sus domicilios, 9 en Tenerife y dos en La Palma, mientras que están otros cinco están en entrenamiento y en las próximas semanas ya podrán realizar el tratamiento en su casa, y dos candidatos más están pendientes de comenzar este periodo”. La media de edad es de 55 años, 38 el más joven y 71 el mayor.
Cuestionada por las diferencias entre la hemodiálisis domiciliaria y la que se realiza en los centros, Fariña aseguró que “es la misma hemodiálisis que se pueden realizar en los centros pero adaptadas, en vez de ser tres sesiones a la semana de cuatro horas, son cinco o seis sesiones a la semana, pero de dos horas y media en su casa con lo que se ahorran, no solo los traslados, sino que también tienen una serie de beneficios clínicos al ser unas diálisis, más frecuentes y más cortas, con lo cual la tolerancia hemodinámica es mejor, toleran mejor las diálisis y tienen menos fatiga posdiálisis”.
Muchas personas que han pasado por diálisis se quejan del malestar y fatiga al terminar las sesiones. “Esta nueva técnica es una manera de intentar mejorar esa fatiga postdiálisis. Es una técnica que se desarrolla desde 2016 en España, y queremos ampliar su alcance. Históricamente la única técnica domiciliaria que existía era la diálisis peritoneal y ahora tenemos la hemodiálisis domiciliaria. Cuando el paciente no tiene una indicación de hacerse diálisis peritoneal por el motivo que fuera o porque no lo quiere, se le ofrece la hemodiálisis domiciliaria, y aquellos que ya están en hemodiálisis convencional, pueden pedir traslado a la hemodiálisis de domicilio”.
El único requerimiento para el cambio “es que tengan un nivel de autocuidado importante porque tienen que hacerse ellos la diálisis, hacerse las curas del catéter, es decir, ellos mismos son el enfermo, el enfermero y el médico, y deben estar clínicamente estables, es decir, que no hayan tenido un infarto o una patología grave recientemente para no ponerlos en riesgo”.
Cuestionada por las diferencias entre las técnicas Arminda Fariña aseguró que “no hay ninguna técnica que sea superior a la otra. En la diálisis peritoneal se pone un catéter en la barriga y se hace una transferencia de líquido a través del peritoneo, de forma manual o con cicladora, que depura y limpia la sangre y luego drena y elimina las toxinas urémicas al paciente”.
El entrenamiento suele durar un mes donde aprenden a hacerse la diálisis con la supervisión y la docencia del enfermero y “en cuatro semanas vamos al domicilio con ellos y en la primera visita comprobamos que esté todo en orden, tienen todo el material que necesitan y vemos cómo lo hacen ellos en su propio ambiente. Tenemos la información de todas las sesiones de diálisis que se vayan dando online. Las sesiones de hemodiálisis las hacen cuando quieran, intentando adaptar la técnica a la vida del paciente”. Supone una mejora de su calidad de vida y autonomía (familiar y laboral) y económica.
Más de 3.600 canarios precisan tratamiento renal sustitutivo
La incidencia y prevalencia de la enfermedad renal crónica en Canarias es muy alta donde el número de pacientes en tratamiento renal sustitutivo (TRS) como -diálisis o trasplante- se sitúa en 171 personas por millón de población (pmp), siendo la media nacional (151 pmp), mientras que la prevalencia alcanza los 1.619 pmp, por encima de (1.406 pmp) nacional.
En Canarias hay más de 3.600 personas que precisan de tratamiento renal sustitutivo para reemplazar la función de sus riñones, de las cuales 1.500 están en hemodiálisis y 300 en diálisis peritoneal, según el registro canario Trascan. En España, más de 67.000 personas están en tratamiento renal sustitutivo y cada año ingresan en los programas de diálisis una media de 7.000 nuevos pacientes.
En las fases avanzadas de la enfermedad renal se hace necesario un tratamiento sustitutivo. El más efectivo es el trasplante, pero en el caso de que los pacientes no puedan recibirlo o estén a la espera deben ser tratados por medio de diálisis. Solo entre un 25% y un 30% de los pacientes tienen acceso a un trasplante, por lo que la mayoría tiene que recurrir a la diálisis. En el Archipiélago se realizaron 207 trasplantes renales en 2024 en los hospitales del SCS.
Las causas mas comunes de enfermedad renal crónica que requiere TRS son la diabetes, la obesidad, la hipertensión, así como la enfermedad renal de origen desconocido.
Francisco Jonay, de 39 años: “Espero que pueda usarla mucha gente y que les sirva tan bien como a mí”
Francisco Jonay, de 39 años, es un joven lagunero que hace una semana fue trasplantado de un riñón en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Durante el transcurso de su tratamiento renal sustitutivo probó los tres métodos más comunes, la hemodiálisis tradicional, la diálisis peritoneal en su casa y la hemodiálisis domiciliaria y, de esta última habla maravillas y la recomienda. “Es importante que la gente conozca la hemodiálisis domiciliaria y pueda usarla. Espero que le sirva tan bien como a mí”.
A Francisco Jonay le dejaron de funcionar los riñones y estuvo durante dos años en diálisis antes de que recibiera el trasplante. Convaleciente en el hospital, expresó su experiencia con los tres tratamientos más comunes. “En la diálisis peritoneal, la verdad es que sufría un poco, aunque me enchufaba por la noche, dormía tranquilo y por la mañana me desconectabas y no me enteraba, reconozco que a mí no me fue muy bien, así que al año la nefróloga me notó muy trastornado y me cambió el catéter para recibir una hemodiálisis normal. Durante tres meses acudí al centro de Los Majuelos y, pese a estar a cinco minutos de su casa, era muy incómodo, no sól por tener que cumplir un horario de entrada, sino porque había muchas personas mayores, eran cuatro horas de tratamiento durante tres días, sentía mucho frío por el aire acondicionado, y como no venía en ambulancia me retrasaban tanto el conectarme como al desconectarme una vez terminada la sesión”.
Tras esta experiencia pidió probar la hemodiálisis domiciliaria, que para Francisco Jonay supuso “una mayor libertad y ventajas”, pese a que inicialmente hubo que retocar la duración del tratamiento. “Para mí la mejoría fue brutal, cuando acudía al centro terminaba las cuatro horas y me sentía muy cansado y estaba muy débil, y en mi casa terminaba la hemodiálisis y estaba fenomenal. Además era menos tiempo, tres horas, y comencé a comer mejor, gané peso, bajé los niveles de la tensión”.
Cuestionado por el periodo de un mes de entrenamiento, el paciente manifestó que “el primer día parece que es mucha información para asimilar, pero luego casi lo haces con los ojos cerrados, no es una cosa tan complicada. Acordé con la nefróloga y el enfermero conectarme a las 6.00 a la hemodiálisis y a las 9.00 terminaba, lo que me permitía tener todo el día libre. El tratamiento era de lunes a jueves, y como libraba sábado y domingo, el viernes me enchufaba por la tarde”.
Ahora Francisco Jonay afronta una nueva etapa en su vida con un riñón trasplantado, pero tiene claro las ventajas que ofrece la hemodiálisis domiciliaria. “En mi caso volvería al tratamiento de hemodiáliis en mi casa con los ojos cerrados”.
La enfermedad renal que sufrió es de origen desconocido, pero el tinerfeño achaca el fallo de sus riñones a un abuso en el consumo de bebidas energéticas. Hay estudios que vinculan su abuso con cálculos e insuficiencia renal. “Los síntomas que tenía de la tensión alta, fallo en los riñones, etc., me imagino que será porque bebía seis o siete latas al día, la primera antes del trabajo”.