Los medios de comunicación internacionales ya están poniendo el foco en esta situación que se vive en Canarias y las protestas en contra del modelo de turismo de masas que promueve ‘Canarias tiene un límite’.
El diario finlandés Ilta Sanomat ha informado recientemente sobre el caso de Tenerife, donde una de sus playas más frecuentadas sufre constantes vertidos de aguas residuales. Con el provocador titular “Los turistas nadan en excrementos”, se denuncia una realidad que va en aumento.
“Estamos hartos de vivir esto. Siempre encontramos toallitas, tampones y residuos sanitarios flotando, y el olor del agua es extraño, a veces a cloro. No es algo puntual, sucede todo el tiempo”, explica la surfista local Carla Henríquez, quien también señala la falta de protocolos claros para cerrar las playas ante episodios de contaminación. “No hay avisos cuando se detecta un vertido”.
Henríquez asegura que tanto socorristas como pescadores son conscientes de lo que ocurre, pero no cuentan con herramientas legales para intervenir. “Saben los riesgos, pero no tienen autoridad para actuar”. Las personas que protestan exigen controles periódicos de calidad del agua, normas claras para el cierre de zonas contaminadas, una red de saneamiento eficiente y responsabilidad por parte de las administraciones implicadas.
“El océano no puede seguir usándose como basurero. Las playas tienen que ser espacios seguros, no focos de peligro. Nuestra salud no se pone en juego”, expresaron con firmeza los participantes en la protesta. La movilización tuvo lugar después de que, a finales de mayo, apareciera una extensa mancha marrón en el agua, supuestamente provocada por una avería en una tubería vinculada a una planta depuradora situada en las inmediaciones.