El Gobierno español ha reiterado ante las Naciones Unidas la necesidad de avanzar en el proceso de descolonización de Gibraltar, apelando al respeto del principio de integridad territorial y al cumplimiento de las resoluciones del Comité Especial de Descolonización, conocido como C-24. La intervención se ha producido en la sede de la ONU en Nueva York, en el marco de los trabajos del organismo sobre territorios no autónomos. España, encabezada por el embajador representante permanente ante la ONU, el canario Héctor Gómez Hernández, ha reafirmado el compromiso del Ejecutivo con una solución negociada al contencioso histórico con el Reino Unido. Gómez ha recalcado que el futuro acuerdo sobre Gibraltar debe construirse sobre la base de los principios jurídicos ya reconocidos por ambas partes, dejando claro que la cuestión de la soberanía sigue siendo una prioridad en la agenda diplomática española.
Durante su intervención, el embajador señaló que el reciente avance en las conversaciones entre España, Reino Unido y la Unión Europea —en el marco del Brexit— no sustituye en ningún caso la necesidad de abordar directamente la cuestión de la soberanía del Peñón. En este sentido, recordó que las negociaciones bilaterales sobre la descolonización son independientes de las conversaciones técnicas sobre las relaciones entre Gibraltar y la UE.
Gómez expresó además su esperanza de que el futuro marco de cooperación con Gibraltar no solo mejore la convivencia entre las poblaciones a ambos lados de la frontera, sino que también contribuya a reducir los desequilibrios generados por el actual estatus colonial.
La Declaración de Bruselas, clave en el diálogo
La posición de España se apoya en instrumentos previos de entendimiento, como la Declaración de Bruselas de 1984, un hito en las relaciones bilaterales con el Reino Unido. Este acuerdo, firmado el 27 de noviembre de aquel año, se concibió como un mecanismo para reactivar el diálogo sobre Gibraltar tras años de bloqueo diplomático. Su antecedente directo, la Declaración de Lisboa de 1980, ya planteaba abrir conversaciones sobre el futuro del enclave.