Mientras en Canarias el debate sobre el modelo de turismo masivo ocupa tertulias, pancartas y manifestaciones, al otro lado del mapa, en pleno corazón de Londres, los residentes de Notting Hill han decidido actuar de forma insólita, según informa este jueves El País.
Hartos de la invasión diaria de visitantes que recorren sus calles para fotografiar las famosas fachadas de colores, escenario de la película Notting Hill protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, varios vecinos han optado por una solución radical: pintar sus casas de negro.
La estrategia, según explican los propietarios, busca disuadir a quienes ven en las fachadas pastel de Lancaster Road o Portobello Road un fondo ideal para Instagram. Además de la pintura oscura, algunos han colocado cadenas en las entradas, cuerdas en las escaleras y carteles que recuerdan que se trata de una “zona tranquila”.
El fenómeno, impulsado en buena medida por las redes sociales y plataformas como TikTok, ha transformado la vida cotidiana de los residentes, que ya hablan de Notting Hell —el infierno de Notting— para describir su día a día.
El problema no es nuevo para muchos canarios, acostumbrados a convivir con las tensiones derivadas del turismo de masas.
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