El Cabido de Tenerife y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) presentaron ayer la Constelación Islas Canarias (CIC), una iniciativa pionera que contempla el diseño, fabricación y puesta en órbita de una red de ocho pequeños satélites que observarán a diario las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Con una inversión estimada de 20 millones de euros, esta constelación generará datos clave para mejorar la respuesta ante emergencias como incendios, vertidos, inundaciones o fenómenos extremos, gestionar mejor los recursos naturales y anticiparse al cambio climático.
El despliegue se realizará en dos fases, una primera en el primer trimestre de 2028 y una segunda seis meses después. Cada satélite operará a una altura baja entre 450 y 700 kilómetros con un peso entre 20 y 30 kilogramos. A lo largo de su vida útil cada uno dará unas 20.000 vueltas alrededor del planeta. Al final de 2026 o inicio de 2027 se pondrá en órbita el satélite Alisio-1 equipado con la Drago-3.
La red de pequeños satélites generarán datos en distintas bandas del espectro (visible, infrarrojo y térmico) con una resolución superior a la actualmente disponible, obteniendo imágenes en bandas del espectro electromagnético que el ojo humano no puede ver, al captar información en infrarrojo cercano, infrarrojo de onda corta e infrarrojo térmico, lo que permite detectar cambios sutiles en el terreno, la vegetación o el mar. La joya de la corona es la cámara Drago, única en el mundo porque observa en infrarrojo de onda corta (Swift) y funciona sin refrigerar, lo que ahorra muchísimo peso y espacio. Las imágenes de Drago-3 tendrán una resolución de 10 metros por pixel, lo que facilita una observación precisa del territorio y su evolución.
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, definió el proyecto como “un hito sin precedentes” que sitúa a Tenerife y a Canarias como “líder en innovación tecnológica, a la vanguardia del desarrollo espacial”. Recordó que es una “herramienta importante de cara a la seguridad, la sostenibilidad y la capacidad de tomar decisiones más precisas” para proteger “nuestra gente y territorio”. “Nos permitirá actuar con mayor anticipación ante incendios, vertidos o cualquier emergencia. Y mejorará la planificación agrícola, el uso del agua, el control de zonas forestales y urbanas. Todo con tecnología desarrollada en las islas”, aseguró.
Por su parte, el director del Instituto de Astrofísica de Canarias, Valentín Martínez-Pillet, destacó que uno de sus objetivos es “poner al servicio de la ciudadanía, las instituciones y el tejido productivo la capacidad científica y tecnológica que hemos construido”. “La idea es aplicar la tecnología que ha servido a la astrofísica para nuevos fines: agricultura, seguridad, control de incendios o el seguimiento del cambio climático”.
Mientras, el consejero de Innovación, Investigación y Desarrollo, Juan José Martínez, señaló que “la CIC nos coloca en una posición estratégica, no solo como usuarios, sino como desarrolladores de tecnología espacial”. “El proyecto contribuye al cambio de modelo productivo, generando empleo cualificado, atrayendo inversión y apostando por el talento canario”.
Asimismo, la directora de Programas e Industria de la Agencia Espacial Española, Cecilia Hernández, afirmó que para Canarias “es un hito muy importante y del que debemos sentirnos muy orgullosos. Aquí se tiene una tecnología muy competitiva, prometedora y no hemos hecho más que empezar”.
Por último, la astronauta de la ESA Sara García mostró su “orgullo por un proyecto ejemplar”. Le pareció “curioso” el cambio de paradigma en el IAC, que ha estado 40 años “observando el espacio desde la Tierra, y da la vuelta a ese conocimiento y tecnología para observar la Tierra”. “La tecnología solo tiene sentido cuando se pone al servicio de las personas”.
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