el cotarro

Tiempo de reflexión, balance y presumir con orgullo

Han sido meses de preparación, para una semana de celebraciones y un muy especial Día de las Fuerzas Armadas en Canarias – DIFAS 2025, del que ya se ha contado casi todo y del que ha quedado claro que la inmensa mayoría de la gente canaria está orgullosamente encantada. Ahora cabe reflexionar y contestar a las posibles dudas que se puedan tener o a las preguntas que se puedan hacer. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y su partido político, Coalición Canaria, que por sistema “olvidan” poner la bandera de España en sus actos, creo que, una vez más, han recibido la sensación y el mensaje de que, ya puestos, la ciudadanía de esta tierra prefiere pertenecer a España antes que a otro posible país. Creo, en mi “molesta” opinión (como dice el mago), que cada vez que quita la bandera de España de sus actos, Coalición deja de ganar muchos votos o, directamente, los pierde. Es una cuestión de sentimiento y de conciencia, pero también de votos, que, al fin y a la postre, son los que dan el poder o lo quitan.

No costó mucho más y, además, es que nos lo merecemos

Algunas personas (que están en su derecho) preguntan por los costes de la celebración en nuestra tierra del DIFAS, 2025. La primera respuesta es sencilla: su celebración aquí (perra más, perra menos) ha costado lo mismo que, en los diez años anteriores, se ha gastado en otras capitales de provincia españolas, tan importantes como las nuestras. En nuestro caso, claro está, la diferencia ha estado, solamente, en los costes de “saltar el charco” para llegar a las Islas. Pero, hasta para abaratar eso, la mayoría de los traslados se han hecho en buques o aviones de nuestras Fuerzas Armadas. Dicho eso, cabe recordar que todas las capitales de provincia españolas merecen recibir la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, y en nuestra capital no se celebraba desde 1966, hace casi 40 años. Creo que, con muy buen criterio, la Casa Real y el Ministerio de Defensa, a petición de nuestro capitán general, Julio Salom, tuvieron claro que la celebración en nuestra capital no podía desmerecer de otras anteriores, como en Oviedo (2024) Granada (2023) o Sevilla (2019). Y es que nuestras dos cocapitales canarias son tan españolas como las anteriormente nombradas. Incluso, dada su lejanía, mucho más.

Una operación de disuasión que no se paga con dinero

En estos momentos en que el mundo está absolutamente convulso, con hasta 57 conflictos bélicos activos, que involucran a 93 países (muchos ahí enfrente, a la vuelta de la esquina), cabe una reflexión inteligente y serena desde la cada vez más apreciada “cultura de Defensa”, que va ganando adeptos. Tuve ocasión de hablar cara a cara con el general de Ejército Amador Enseñat y Berea, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), y estuvimos de acuerdo en que la celebración del DIFAS 2025 en Canarias ha supuesto un escaparate de medios y un ejemplo de operativa logística a gran escala, que todo el mundo reconoce como una impresionante “operación de disuasión” impagable. No hay que ser muy inteligente ni “premio Nobel” para darse cuenta de que, como también comenta nuestro capitán general, Julio Salom, una vez más, ahí enfrente, en el continente hermano de África, habrán tomado buena nota de lo que ha pasado aquí y nuestra capacidad de movilización de medios técnicos y humanos a la hora de defender nuestro territorio, nuestra forma de vida y valores, nuestra cultura europea, nuestra democracia parlamentaria y los derechos de las personas, reconociendo la igualdad de géneros y la libertad política y religiosa.

La “gallina de oro” del turismo pasa por la seguridad

Hablando de seguridad y disuasión, no voy a entrar en la polémica fácil de si turismo sí o no. Ni en si procede que vengan más o menos turistas. Y mucho menos discriminar entre turistas ricos o la buena gente de menos recursos que quieren disfrutar de nuestras Islas, nuestro clima, nuestras playas, nuestras tradiciones o nuestra gastronomía. No olvidemos lo que en su momento dijo el expresidente canario, Ángel Víctor Torres (PSOE), y lo ha recordado hace poco el actual, Fernando Clavijo (CC): “El turismo representa aproximadamente el 35% del PIB de Canarias. En algunas estimaciones recientes, esta cifra ha llegado incluso al 40%, dependiendo del año y del impacto de sectores indirectos vinculados (hostelería, comercio, transporte, etc.) y, además, genera un 40% de la fuerza laboral en el Archipiélago”. Es, con diferencia, el principal motor económico de las Islas. Y no debemos olvidar que, sin duda alguna, la seguridad es, hoy por hoy, el primer aspecto que cualquier turista toma en cuenta a la hora de elegir destino. Y parece que nos gusta hacer turismo, pero no tanto que vengan turistas. Creo que debemos buscar un modelo inteligente que conjugue todos los aspectos.

Obsesión patológica por unas fotos para las redes

Dicho todo lo anterior y para “desengrasar” la página, remato con la anécdota (reiterada en casi todos los actos) de la obsesión patológica que mucha gente tiene con la manía de sacarse fotos de forma casi permanente, a diestro y siniestro, para, como personas poseídas por las redes sociales, contar su vida al minuto en Instagram, X, TikTok o Facebook. Esa patológica obsesión se desbordó en torno al acto central y el posterior brindis ofrecido por José Manuel Bermúdez a las principales autoridades asistentes a los actos y que contó con la presencia de sus majestades los reyes, Felipe VI y Letizia. Un cercano y resignado Felipe VI tuvo el detallazo de recorrerse prácticamente todo el parque marítimo saludando a casi todos los invitados. En un vía crucis de saludos y fotos, Felipe VI tuvo que aguantar a veces la avalancha de algunas personas (muchas de ellas políticos en activo) por un quítame allá un monárquico selfie. Hay que decir que, en algún caso, existen “magos y magas” que no tienen prudencia, ni recato, ni límites. Enfrente, por el contrario, un Felipe VI educado, estoico, profesional, paciente y cercano.

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