Canarias contabilizaba hasta finales del pasado mes de agosto con un total de 6.734 casos activos en el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género (sistema VioGén-2), aquellos que tienen un seguimiento policial.
Según niveles de riesgo, hay 63 casos con riesgo alto o extremo, 980 con riesgo medio y 5.691 de riesgo bajo, según detalla el Instituto Canario de Estadística (Istac).
Asimismo, el 27% de las mujeres que están dentro de VioGén-2 tiene entre 18 y 30 años, mientras que el 45% tiene edades comprendidas entre los 31 y 45 años.
Además, hay 69 casos activos de violencia de género con menores en situación de riesgo, de los que 63 son de riesgo medio y 6 de riesgo alto.
De todos los casos activos valorados conforme al vigente protocolo 2025, 727 se consideran de especial relevancia. Entran en esta categoría aquellos casos en los que, tras la valoración policial del riesgo, se detecta una combinación especial de indicadores que aumenta de manera significativa la probabilidad de que el agresor ejerza violencia muy grave o letal sobre la víctima.
En cuanto a los datos por provincias, 2.735 casos activos se encuentran en la de Las Palmas y 3.999 en la tinerfeña.
Pulseras
Por otra parte, el Gobierno de Canarias alertó en febrero del año pasado al Ministerio de Igualdad, la Delegación del Gobierno, la Fiscalía Superior de Canarias y el Tribunal Superior de Justicia de Canarias de que había fallos en las pulseras antimaltrato, al menos en La Palma.
Así lo avanzó ayer la consejera de Presidencia, Justicia, Seguridad y Administraciones Públicas, Lady Barreto, en una entrevista al programa Buenos Días Canarias de Televisión Canaria y recogida por Europa Press.
Según Barreto, en muchas ocasiones o no había dispositivos o no había técnicos suficientes, especialmente en las islas no capitalinas, un hecho que parece “gravísimo” y al que el Ministerio de Igualdad respondió diciendo que “había sido un tema puntual y que no pasaba nada más”.





