medio ambiente

Greenpeace denuncia desde Tenerife los vertidos al mar y la destrucción de la costa

La Isla, cual icono de la contaminación marina, es el escenario desde el que la organización ambientalista lanza un SOS ‘cerrando’ simbólicamente tres playas del Sur
Greenpeace denuncia desde Tenerife los vertidos al mar y la destrucción de la costa
Greenpeace denuncia desde Tenerife los vertidos al mar y la destrucción de la costa
Vista parcial del buque Esperanza, de Greenpeace, fondeado en el puerto capitalino. Sergio Méndez

A. M. S. / EFE

Los activistas de Greenpeace (ONG ambientalista fundada en 1971 en Vancouver, Canadá), que han protagonizado célebres protestas a lo largo y ancho del planeta, focalizan su atención ahora en Tenerife, como la isla de los vertidos. Tenerife, un territorio icónico para denunciar vivamente la contaminación del mar con aguas negras, no es una elección al azar en la gira de Greenpeace por las costas amenazadas, pues coincide con la reciente multa millonaria de Europa impuesta a España a causa del incumplimiento de la directiva comunitaria sobre depuración de aguas residuales urbanas en municipios tinerfeños, entre un total de 17 de todo el país. Concretamente, el Valle de Güímar figura en esa lista negra.

Los representantes de la organización ecologista, que viajan a bordo de su buque insignia, el Esperanza, atracado en la Dársena de los Llanos desde el pasado jueves, desplegaron ayer sus carteles contra la contaminación del mar durante el cierre simbólico de tres playas de la isla en Granadilla y Candelaria. “La playa no es una cloaca”, denunciaron en sus rótulos, en sintonía con el titular de la portada de ayer de DIARIO DE AVISOS con las declaraciones realizadas a este periódico por la doctora en Ecología Paloma Nuche, responsable de costas de Greenpeace en España y del informe A Toda Costa, elaborado por la organización ecologista y el Observatorio de la Sostenibilidad.

Activistas de Greenpeace ‘cierran’ varias playas de Tenerife en protesta por los vertidos

Dado el elevado volumen de la vergüenza, de los vertidos diarios de agua sin depurar que registra Tenerife (57 millones de litros) y el número de puntos donde se efectúan los derrames en Canarias (casi 400, de los que 277 carecen de autorización, según fuentes del Gobierno regional), Greenpeace pone el acento, en esta visita reposada a la Isla (no es una escala de paso, toda vez que el barco permanecerá en puerto hasta el lunes y puede ser visitado en horario de mañana y tarde), en la urbanización abusiva de las costas del Archipiélago y en la incapacidad de adaptar los sistemas de saneamiento. Canarias lidera la destrucción de la superficie costera en España, como subrayó ayer Pilar Marcos, portavoz de Greenpeace y experta en Biología Ambiental.

Canarias lidera la destrucción de su superficie costera en España

En los últimos 30 años, según informó, las Islas incrementaron su superficie urbanizada en el 130%, una cifra considerablemente superior a la media nacional (105%). “El Archipiélago se incorporó tarde al ladrillo, pero a toda máquina en la destrucción de sus costas y ha multiplicado por cuatro la devastación de su suelo en los últimos 30 años”, declaró.

Marcos reveló que casi el 12% del territorio costero regional está degradado, a causa del desarrollismo y los incendios forestales. Y advirtió del “renacimiento” del ladrillo, como en los mejores tiempos de la burbuja inmobiliaria previa a la crisis de 2007-2008.

“Han convertido las aguas de las Islas en una cloaca, esto hay que detenerlo”

Esta acción de Greenpeace trata de llevar a la opinión pública un mensaje de conservación que evite agravar las consecuencias del cambio climático, en aras de un sistema costero sano. Si prosigue la voracidad del ladrillo en las lindes del mar, a juicio de los expertos de Greenpeace, lugares paradisíacos como Canarias, con ecosistemas únicos en el mundo, que procuran a la economía local un sector económico básico como el turismo, se ven abocados al desastre (“nos estamos cargando la gallina de los huevos de oro”, dicen las citadas ecologistas) “y ponemos en peligro vidas humanas”.

En esta protesta puntual, en la isla de Tenerife, Greenpeace acusa a las autoridades de “dejadez” y exige que se ponga freno a los vertidos.

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