El Real Madrid ganó por la vía rápida la vigesimoctava Copa de su historia tras apabullar al Unicaja por 68-59. En ningún momento los malagueños pusieron en apuros a los madrileños y, si en algún momento pareció que Brizuela podía meter en partido a los suyos, entre Campazzo y Carrol se encargaron de acabar con las ilusiones malagueñas.
El tiro exterior del Real Madrid se encargó de poner tierra de por medio en los diez primeros minutos. De la mano de Campazzo, entre Randolph y Carroll dejaron claro que las sorpresas de esta Copa del Rey se habían dado solo en cuartos. El 13-26 fue una losa demasiado pesada para los de Casimiro.
Solo en el segundo cuarto el Unicaja logró frenar a los madrileños. Su defensa funcionó, pero no su ataque, por lo que, cuando se llegaba al descanso, el Carpena ya no era la olla a presión de la previa (28-43).
Jaime Fernández estuvo muy bien vigilado y, para colmo de males, tuvo que jugar lesionado, por lo que en las espaldas de Brizuela recaía toda la responsabilidad. El vasco dio la cara (sumó 22 puntos), pero el 14-25 de parcial del tercer cuarto acabó con la escasa resistencia de Unicaja.
La última manga fue un paseo para el Madrid. Con los seguidores blancos disfrutando y los verdes, con cierta desilusión, aplaudiendo a sus jugadores al final del encuentro.
Hasta 250 euros por una entrada para la final
La clasificación de Unicaja para la gran final desbordó la demanda de los seguidores locales, que querían vivir un momento histórico en su casa. Hasta 250 euros se llegaron a pagar en la reventa para una localidad situada en grada baja. El sector reservado a los aficionados al CB Canarias se tiñó, literalmente, de verde del conjunto andaluz n
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