Una antigua leyenda defiende que el archipiélago lo forman 9 islas islas en vez de las ocho actuales. En la época medieval, algunos mapas dibujaban una extraña isla conocida como San Borondón que no ha sido nunca encontrada aunque la leyenda permanece viva.
Según la leyenda, San Borondón aparece y desaparece cerca de El Hierro y en ocasiones puede divisarse entre un mar de nubes desde las islas de Tenerife, La Palma, El Hierro o La Gomera.
La isla se conoce en Europa como «isla de San Brandán» desde que la plasmaran en su cartas y mapas los cartógrafos medievales, creyéndose que San Borondón se había desprendido, en el pasado, del continente americano.
El nombre de San Borondón, con el que se le conoce actualmente proveniente de San Brandán ‘el Navegante’, un monje irlandés que dedicó su vida a la evangelización de los pueblos en el siglo VI. La leyenda cuenta que al oír relatos sobre la supuesta isla, se lanzó al mar para encontrarla. Tras siete años de travesía, encontró una especie de isla-ballena. “Uno de los episodios más famosos de las navegaciones del santo irlandés”, apunta en su trabajo Martínez Hernández, “tiene que ver con el arribo a una supuesta isla que en realidad era un enorme pez, una especie de ballena”. Sin duda una buena explicación de porqué aparece y desaparece.
En Canarias el mito se extendió como la pólvora y ya está el la conciencia de sus habitantes. Una isla que debido a sus características y inusuales comportamientos, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras un mar de nubes o niebla, ha sido denominada de múltiples maneras: «la Inaccesible», «la Non Trubada», «la Encubierta», «la Perdida», «la Encantada», incluso los romanos la denominaron «Aprositus, la isla a la que no se puede llegar».
Tal era la conciencia de su existencia que en un tratado suscrito entre España y Portugal en el siglo XV, por el que se repartían el Atlántico, quedaba especificado de manera taxativa que San Borondón pertenecía al Archipiélago Canario.
San Borondón ha sido situada en el mapa, al oeste de la isla de El Hierro, a 550 kilómentros, y a 22o kilómetros al oeste-sudoeste de La Palma. Sus dimensiones se han calculado por los más osados describiéndola como una isla alargada, de 30 kilómentros, y con un ancho de 15 kilómetros, a modo de cachuete, con una destacada concavidad en las fachadas este y oeste y grandes macizos en el norte y en el sur.
La leyenda de San Borondón llegó a adquirir tal fuerza en Canarias que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizaron expediciones de exploración para descubrirla y conquistarla.
La última búsqueda oficial estuvo a cargo de Jorge Martín Picatoste, un capitán de origen tinerfeño, con una balandra, por encargo de Antonio Prior, Capitán General de Canarias, en 2008.
Hay que destacar que en En 1953, el diario ABC titulaba: «Ha sido vista otra vez la misteriosa “Isla Sirena”, al noroeste de la de El Hierro (Canarias)», y en 1958, también en ABC: «La Isla errante de San Borondón ha sido fotografiada por primera vez».
Hoy en día se han conseguido despejar las posibles incógnitas que aún quedaban sobre la existencia de la isla misteriosa, y es que en realidad nunca existió más que en los sueños de quienes la buscan o la han querido conquistar o descubrir. Aunque por aras del destino esta isla y su secreto permanecerán inmaculados, para deleite de los canarios y viajeros que la descubran en el horizonte.
Lo cierto es que la visión de esta novena isla canarias es una ilusión óptica sobre la superficie del océano producida por lo que se denomina espejismo superior, una forma de refracción de la luz. Este fenómeno da como resultado la visión de una isla en el horizonte que es el reflejo de la isla de La Palma.