La isla de La Gomera, situada en las Islas Canarias, es un lugar lleno de magia y leyendas que perduran en el tiempo. De sus paisajes espectaculares y su riqueza natural nacen historias que se mantienen vivas en la mente de los canarios.
La calidez de sus habitantes y su buen su clima fueron factores determinantes para Cristóbal Colón, quien regresó en dos ocasiones más a La Gomera, en 1493 y en 1498. El 6 de septiembre de 1492, partió el Almirante Colón desde La Gomera camino a las Indias, llegando el 12 de octubre a tierra firme, a la actual Bahamas, en lo que se ha denominado el Viaje del Descubrimiento.
Existen dos leyendas de La Gomera muy famosas y fascinantes, la leyenda del guardián de Ansosa y la leyenda de Garajonay. En ellas se une la belleza de los bosques y valles de la Isla con la narración popular, decorada con elementos fantásticos, secretos, amores imposibles y tragedia.
La leyenda del guardián de Ansosa
Una de las leyendas de La Gomera más populares es la del guardián de Ansosa, ubicado en el valle de Hermigua.
En el valle de Hermigua, rodeado de montañas puntiagudas y con una vista impresionante al majestuoso Teide y al océano, está El Bucio, un roque con la forma de un león durmiente.
Se dice que en este roque, conocido como el guardián de Ansosa, reposan los espíritus de los antiguos habitantes del valle, que lucharon valientemente contra oscuros seres de la noche hace muchos años. Estos seres querían apoderarse del secreto de la fertilidad de estas tierras, pero los hermigüenses se unieron para luchar contra ellos.
En medio de la niebla que baja de las alturas y cubre las laderas al oscurecer, se libró una batalla feroz en la que los habitantes del valle combatieron al mal con valentía como leones. Aunque finalmente lograron vencer a los invasores, en esta lucha se cobraron varias vidas, y las almas de aquellos que fallecieron fueron depositadas junto al roque del Bucio.
Desde entonces, se dice que el guardián de Ansosa vela por el valle y sus gentes, protegiéndolos de cualquier peligro que pueda acecharlos.
Entre las leyendas de La Gomera, esta es una muestra más de la riqueza cultural y la tradición que se respira en la Isla.
La leyenda de Garajonay
Otra de las leyendas más famosas que se cuentan en la isla de La Gomera es la de Garajonay. La leyenda habla de la princesa Gara de La Gomera y el príncipe Jonay de Tenerife, dos jóvenes que se enamoraron profundamente pero cuyo amor estaba condenado desde el principio.
Jonay, el príncipe de Tenerife, cruzó el mar de una isla a otra usando odres de piel de cabra inflados como flotadores para demostrar su amor por Gara. A pesar de sentirse atraída por él, la princesa lo rechazó por no pertenecer a su estirpe. En un arrebato de furia, el príncipe la golpeó y fue condenado a muerte al día siguiente.
Pero Gara, movida por su amor por Jonay, lo liberó de su prisión y juntos huyeron a las montañas, donde se encontraron con un destino trágico. Sabiendo que su amor era imposible, decidieron atravesarse el corazón con una flecha.
La historia cuenta que las lágrimas derramadas por los amantes crearon el bosque de Garajonay, una de las selvas de laurisilva más espesas del archipiélago y un lugar mágico donde se cree que los espíritus de los antiguos habitantes de la Isla todavía se esconden en la umbría de los bosques de niebla.
La leyenda de Garajonay es una de las muchas historias que se cuentan en La Gomera. Además, es un testimonio de la pasión y el sacrificio que se ha vivido en esta tierra a lo largo de los siglos.