La fecha de caducidad o consumo preferente es un requisito obligatorio en todos los alimentos, sin embargo, en algunos casos, es posible consumir dichos productos después de la fecha indicada, manteniendo la seguridad alimentaria.
Un ejemplo notable es la leche, la cual en algunos supermercados europeos ha comenzado a prescindir de la fecha de consumo preferente. Esta medida busca evitar el desperdicio de alimentos. Además de la leche, existen otros alimentos que pueden ser consumidos sin preocupación después de su fecha de consumo preferente. Uno de ellos es el yogur, cuya acidez actúa como una defensa natural.
El chocolate es otro alimento que puede ser consumido sin problemas. Debido a su bajo contenido de agua, se mantiene fresco durante más tiempo. Incluso si se forma una capa blanca en su superficie, el chocolate sigue siendo seguro para el consumo. En el caso del pan, la temperatura de conservación juega un papel importante. Si se guarda en el frigorífico, el pan de molde puede durar al menos dos semanas más de lo habitual e incluso más tiempo si se congela.
En cuanto a los huevos, la fecha indicada no es determinante. Lo que realmente importa es asegurarse de que los huevos no estén en mal estado. Para ello, se puede realizar la prueba de flotación: los huevos frescos se hunden en agua, mientras que los más viejos flotan debido a la mayor cantidad de aire en su interior.
Por último, el queso, especialmente los curados y viejos, puede seguir siendo consumido con total tranquilidad. Si se encuentra moho en su superficie, este puede ser retirado y el resto del queso puede ser consumido sin ningún problema.