El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón (Logroño, 1985), será nombrado ministro de la nueva cartera de Consumo del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, según ha confirmado Moncloa este jueves.
Licenciado en Economía por la Universidad de Málaga y activista a favor del control de los mercados financieros dentro de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC), Garzón es militante del Partido Comunista y diputado desde 2011.
El futuro ministro de Consumo, autor del libro ‘Por qué soy comunista’, se ha reivindicado en numerosas ocasiones como un orgulloso comunista y no esconde su ideología ni sus duras críticas al capitalismo y el neoliberalismo.
En 2016, tras la muerte de Fidel Castro, Garzón definió al líder de la Revolución cubana como un «referente del socialismo y de las causas de los oprimidos», y aseguró que sus «principios» y «valores» debían seguir «defendiéndose».
El líder de IU reconoció entonces que «a nadie se le escapa las deficiencias que aún sufre la revolución cubana», pero alabó de ella que fue «construida en la adversidad contra los enormes obstáculos de países ricos y grandes empresas que luchaban para impedir que se desarrollase el pueblo cubano».
SALTO A LA POLÍTICA DESDE EL 15M
Garzón saltó a la primera línea política en 2011 desde el 15M. Con tan solo 26 años y tras ejercer como uno de los portavoces del movimiento en Málaga, Izquierda Unida decidió ficharle para sus listas al Congreso como cabeza de lista por esa provincia en las elecciones generales de diciembre de 2011, en las que consiguió escaño y se convirtió en el diputado más joven de la legislatura.
Desde ese momento, Garzón comenzó a hacerse un nombre en IU federal y a tejer el camino que años más tarde, en 2016, le llevó a hacerse con el liderazgo de la coalición de izquierdas y a impulsar su renovación generacional, con la oposición de la vieja guardia.
Ya antes de convertirse oficialmente en coordinador federal, en sustitución de Cayo Lara, Garzón fue elegido para ser el candidato de IU a la Moncloa en las elecciones generales de 2015, las últimas en las que concurrieron en solitario, tras frustrarse el primer intento de acuerdo con Podemos.
Garzón sí logró meses más tarde sellar el conocido como ‘pacto de los botellines’ con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para concurrir juntos con la coalición Unidas Podemos en la repetición electoral de junio de 2016, a pesar de las acusaciones de sus críticos de estar diluyendo IU en el partido morado.
El 5 de junio de 2016, tras firmar ese pacto y días antes de los comicios en los que se estrenó en las urnas Unidas Podemos, Garzón fue elegido oficialmente coordinador federal de IU, inaugurando una nueva etapa en la formación que se caracterizó por una importante renovación de su dirección.
El diputado malagueño ha compaginado desde entonces su labor como líder y portavoz parlamentario de IU con sus tareas como responsable de algunas cuestiones económicas de calado dentro del grupo parlamentario confederal.
FIRME OPOSITOR A LAS LEYES DE ESTABILIDAD
En concreto, Garzón ha ocupado la portavocía ante la Comisión de Hacienda y también ante la comisión que investigó la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro.
Durante estos años, el malagueño ha representado el discurso más duro del grupo confederal para acabar con las normas de estabilidad presupuestaria, como la regla de gasto, o los límites de déficit y deuda, al considerarlas imposiciones desde la Unión Europea para consagrar las políticas de austeridad.
Su radical oposición a la Ley de Estabilidad Presupuestaria forzó a Unidas Podemos a presentar un texto alternativo para «darle la vuelta como un calcetín» a la ley, cuando en el grupo se planteaban incluso abstenerse para facilitar la reforma ‘exprés’ de esta norma a finales de 2016.
AZOTE DE MONTORO COMO «IZQUIERDA MONTARAZ»
Fue el encargado de bregarse contra el entonces ministro Cristóbal Montoro en todo debate sobre impuestos, Presupuestos, así como en los concernientes a la polémica amnistía fiscal aprobada por el exministro de Rajoy, que llegó a calificarle de representante de «la izquierda montaraz» en un debate sobre un posible impuesto a las transacciones financieras.
Irónicamente, Garzón formará parte de un Gobierno que tiene entre sus propuestas la de implantar en España este impuesto, si bien no ocupará la cartera de Hacienda, sino la de Consumo, con el objetivo de hacer frente al auge del negocio de las casas de apuestas, contra el que su formación ha sido muy crítico.
Garzón ha defendido siempre la necesidad de acometer una profunda reforma fiscal, con la que aumentar la recaudación y llevar a cabo políticas sociales, tapando ‘agujeros’ en el Impuesto de Sociedades y aumentando la presión sobre rentas del capital y del trabajo más altas.