Aunque el pescado es uno de los alimentos más recomendables para la dieta debido a sus proteínas de calidad y nutrientes cardiosaludables, los consumidores deben ser conscientes de ciertos riesgos asociados, como los anisakis o el mercurio. Recientemente, el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea ha emitido nuevas alertas e informes de retirada por un lote de pescado con origen en España.
En concreto, se trata de unos filetes de pez espada congelados cuyo contenido en mercurio excede el límite establecido. El pez espada es uno de los pescados, junto con el atún y el emperador, que más metales pesados acumulan. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sitúa la ingesta semanal tolerable de metilmercurio en 1,3 µg/kg de peso corporal y en 4 µg/kg de peso corporal para el mercurio inorgánico.
Según la alerta, las autoridades sanitarias de Italia detectaron los niveles elevados de mercurio en estos filetes de pez espada congelados. Las acumulaciones detectadas por el organismo oficial UVAC Sicilia muestran que contienen entre 2,15 y 0,75 mg de mercurio por kilo de pescado, un contenido excesivo para su consumo.
La alerta se produjo tras un control oficial en el mercado. Calificada como de «riesgo potencial», la alerta ha llevado a la retirada de estos filetes de pez espada de los puntos de venta. La información ofrecida por el Rasff no permite conocer cuál es la empresa que ha distribuido estos filetes de pez espada congelados. Facua-Consumidores en Acción ha criticado repetidamente la escasa información que aparece en estas alertas alimentarias a nivel europeo, lo que provoca que los consumidores desconfíen de todos los productos similares.
La alerta alimentaria es por altos índices de mercurio en este tipo de pescado
La falta de información del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea impide que los consumidores puedan verificar si han comprado o consumido algún producto alterado. Hasta la fecha, no se han detectado síntomas o problemas de salud en personas por este lote de pescado.
En cualquier caso, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) advierte que «el mercurio inorgánico en los alimentos no supone un problema significativo para el consumidor, ya que la exposición no excede la Ingesta Semanal Tolerable. Sin embargo, con el metilmercurio la situación es diferente». Es decir, consumir pescado es seguro, aunque debe vigilarse la frecuencia con la que se consumen pescados que pueden contener mayores niveles de mercurio.
Para la población en general, se aconseja el consumo de hasta tres o cuatro raciones de pescado por semana, procurando variar las especies entre pescados blancos y azules. Para poblaciones vulnerables, como mujeres embarazadas y niños pequeños, se precisan recomendaciones más estrictas, especialmente para las cuatro especies identificadas con un alto contenido en mercurio.
El pescado, en su mayoría, sigue siendo un alimento seguro y saludable, pero la vigilancia y el control de los niveles de mercurio son cruciales. La contaminación por mercurio es un problema que afecta especialmente a ciertos tipos de pescado. El mercurio se acumula en el pescado principalmente a través de la cadena alimentaria. Los peces más grandes y longevos, como el pez espada y el atún, tienden a tener niveles más altos de mercurio debido a que están en la cima de la cadena alimentaria.
El consumo de pescado debe ser balanceado y variado. Además de los beneficios nutricionales, el pescado aporta ácidos grasos omega-3, que son esenciales para la salud del corazón y el cerebro. Sin embargo, la elección de especies de pescado y la frecuencia de consumo deben ser consideradas cuidadosamente para minimizar la exposición al mercurio.
En situaciones como esta, la comunicación y transparencia son clave. Los consumidores deben tener acceso a información clara y detallada sobre cualquier riesgo potencial asociado con los alimentos que consumen. Las autoridades sanitarias y las empresas deben trabajar juntas para garantizar que los productos que llegan al mercado sean seguros.
Las medidas preventivas y los controles de calidad son esenciales para mantener la confianza del consumidor en el pescado y otros productos del mar. La implementación de pruebas regulares y el monitoreo de los niveles de mercurio en el pescado pueden ayudar a identificar y resolver problemas antes de que los productos lleguen al consumidor final.
El pescado seguirá siendo un componente importante de una dieta saludable, siempre y cuando se sigan buenas prácticas de seguridad alimentaria y se mantenga un control riguroso de los contaminantes. Los consumidores deben estar informados y tomar decisiones basadas en la mejor información disponible para aprovechar los beneficios del pescado mientras minimizan los riesgos asociados.
El consumo responsable y consciente de pescado no solo beneficia la salud individual, sino que también contribuye a la sostenibilidad de las pesquerías y la protección del medio ambiente. Las prácticas de pesca sostenible y la reducción de la contaminación marina son cruciales para asegurar que las futuras generaciones también puedan disfrutar de los beneficios del pescado.