Un reciente descubrimiento por arqueólogos e investigadores en Irán ha sacudido los cimientos de la arqueología prehistórica. En un cementerio comunal que data aproximadamente del año 4 700–3 700 a.C., fue desenterrado el cráneo de una joven mujer que presenta evidente deformación craneal deliberada junto a una fractura grave consistentemente aplicada en el momento de la muerte, según un estudio detallado en el International Journal of Osteoarchaeology.
El cráneo cónico pertenece a una mujer joven que fue enterrada junto a otros individuos en una tumba colectivizada en Chega Sofla, al suroeste de Irán, cerca del golfo Pérsico. La deformidad proviene de una práctica cultural conocida como vendaje craneal, común entre niños, que modifica intencionalmente la forma del cráneo con vendajes o tablas durante los primeros años de vida, probablemente para simbolizar estatus, identidad tribal o estética cultural.
Los investigadores y arqueólogos, liderados por el profesor Mahdi Alirezazadeh de la Universidad Tarbiat Modares, identificaron una lesión triangular profunda en el hueso frontal izquierdo, compatible con un impacto peri-póstumo causado por un objeto de filo ancho. Esta fractura sugiere un golpe letal recibido en los últimos momentos de vida, aunque el equipo no ha determinado si fue el resultado de un ataque intencionado o un terrible accidente.
Un cráneo que los arqueólogos e investigadores no pueden explicar
El entierro en masa y la presencia de cráneos modificados y no modificados en la misma tumba indican una comunidad con prácticas rituales complejas y un sistema social elaborado según los arqueólogos. La fractura sugiere que el trauma ocurrió justo antes de la muerte, lo que denota que este suceso formó parte del momento final o del rito funerario.
El cráneo modificado presenta huesos y diploe (tejido esponjoso interno) más delgados de lo habitual, lo que conlleva una estructura más frágil, aunque el impacto pudo haber sido fatal incluso para una persona sin deformación craneal.
Hasta el momento, los arqueólogos no han hallado pruebas definitivas de violencia con armas o herramientas punzantes asociadas a la mandíbula o cuello, lo que dificulta una clasificación absoluta del incidente como homicidio. Sin embargo, la evidencia sí señala un fuerte golpe con intención, lo que abre el debate sobre la presencia de conflictos o violencia ritual en sociedades neolíticas tempranas.

El hallazgo plantea numerosas preguntas sobre las motivaciones que llevaron a esta mujer a recibir una deformación craneal en vida y luego un impacto letal en el momento del enterramiento. Los responsables del estudio destacan que este cráneo aporta información clave sobre la violencia interpersonal como posible componente natural de sociedades humanas tempranas, mostrando que no todo era armonía en comunidades prehistóricas.
Simultáneamente, la práctica de modificar cráneos, previamente interpretada como muestra de sofisticación cultural o sistema de jerarquías, cobra un matiz más complejo al asociarse con un desenlace violento. Este contraste estimula nuevas líneas de investigación sobre cómo se documentaba la autoridad o el poder a través del cuerpo humano en este descubrimiento arqueológico.
El estudio continúa analizando según los arqueólogos más restos de otras tumbas comunitarias en Chega Sofla para discernir si esta fractura es un caso aislado o parte de una tendencia de agresión estructurada. También se prevé un análisis isotópico y genético que podría arrojar luz sobre la pertenencia étnica, dieta y movimientos de las personas enterradas.
Este, sin duda, es uno de los hallazgos más impactantes de los últimos años en Arqueología del Próximo Oriente. Nos invita a repensar nuestra visión de las primeras civilizaciones: sociedades aparentemente pacíficas podrían haber estado marcadas por patrones de violencia ritual, conflictos internos o formas complejas de control social.
El cráneo modificado y fracturado de Chega Sofla —con más de 6.000 años de antigüedad— se convierte según los arqueólogos ahora en un testigo mudo de una humanidad en construcción, diversa, contradictoria y, en ocasiones, trágica.